La ley contra el tabaco cumple cinco meses con tan sólo siete propuestas de sanción

La ley contra el tabaco cumple mañana sus primeros cinco meses con un balance en Cataluña de casi 4.000 inspecciones a locales de restauración y ocio y centros de trabajo públicos, de las que tan sólo siete han derivado en un expediente sancionador. Según el Departamento de Salud, el cumplimiento de la ley ha sido "ejemplar" en la empresa privada, donde se ha reducido hasta el 90% la concentración de nicotina ambiental. Salud asegura que la ley ha actuado de "catalizador" del descenso del tabaquismo en Cataluña, donde hay 250.000 fumadores menos que en 2002.

Los siete establecimientos a los que Salud ha abierto expediente sancionador están ubicados en Lleida y Tarragona. Se trata de un restaurante y seis locales mixtos de panadería cafetería que permitían fumar pese a ser advertidos por los inspectores en reiteradas ocasiones de que la ley lo prohíbe.

Nigún establecimiento de Barcelona y su área han sido sancionado, ni siquiera empresas como la del metro, donde se sigue vendiendo tabaco en algunas de sus cafeterías y algunos usuarios siguen fumando en los andenes y bares.

Antoni Plasencia, director general de Salud Pública de la Generalitat, recordó ayer que en los primeros meses de la entrada en vigor de la ley, el Departamento de Salud optó por llevar a cabo una labor "pedagógica", de información, aclaración de dudas y advertencia a los locales que incumplían la normativa. Plasencia aseguró que en la actualidad los inspectores están realizando un seguimiento estricto a los establecimientos para descubrir incumplimientos, especialmente en aquellos donde ya se han observado irregularidades.

Nicotina ambiental

En la empresa privada, donde el control de la aplicación de la ley contra el tabaco corresponde al Departamento de Trabajo, el cumplimiento ha sido "ejemplar", según destacó ayer la consejera de Salud, Marina Geli. El Departamento de Salud hizo públicos ayer los resultados preliminares de un estudio realizado en centros trabajo para comparar la concentración de nicotina ambiental antes y después de la entrada en vigor de la ley. Las ventajas de la normativa sobre la salud de los trabajadores son evidentes: en la empresa privada se ha reducido entre el 86% y el 90% la concentración de nicotina en el ambiente; en la universidad, el 78%, y en la administración autonómica, el 92%. En los bares y restaurantes que han optado por prohibir el tabaco el descenso de nicotina ambiental ha sido del 98%, mientras que en los establecimientos que han decidido permitir fumar la reducción ha sido sólo del 10%.

La consejera Geli lamentó que la ley no protege la salud de los trabajadores de estos establecimientos y facilitó datos de un estudio que así lo corroboran. Los empleados de estos locales, que están "expuestos durante horas y horas al humo del tabaco", no han visto reducida la concentración de cotinina (un derivado que se usa como marcador biológico de consumo de tabaco) en la saliva, mientras que sí ha disminuido en los trabajadores de los establecimientos que han optado por ser libres de humo.

La consejera de Salud y el director general de Salud Pública coincidieron en destacar el papel de "catalizador" que ha desempeñado la nueva ley contra el tabaco. Según Geli, la normativa ha contribuido a "consolidar la tendencia a la baja" del tabaquismo en Cataluña, que se refleja en la Encuesta de Salud de Cataluña 2002-2006, cuyos resultados preliminares hizo públicos ayer la consejera Geli

La adicción al tabaco se ha reducido en todos los grupos de edad y, por primera vez en los últimos años, también ha caído entre la población femenina. Aun así, en la franja de edad de 15 a 24 años y en la de 35 a 44 siguen fumando más mujeres que hombres.

Salud calcula que en Cataluña hay 250.000 fumadores menos que en 2002, cuando los adictos al tabaco representaban el 32,1% de la población catalana, frente al 27,9% actual. Antoni Plasencia destacó que la disminución del tabaquismo en los últimos cuatro años se ha producido gracias al aumento de ex fumadores (que representan el 23,4% de la población, frente al 14% de 2002) y al hecho de que menos jóvenes se inician en el hábito tabáquico.

Tabaco y pobreza

La consejera de Salud anunció ayer el refuerzo de programas de prevención del tabaquismo entre los jóvenes y en las escuelas, y la implantación de planes antitabaco en barrios deprimidos. Esta acción se realizaría en el marco de la Ley de Barrios, impulsada por la Generalitat, e incluiría la financiación de los fármacos de deshabituación tabáquica a las personas que lo precisen. Se trata, en palabras de Geli, de realizar una "discriminación positiva" por razones socioeconómicas.

"Está demostrado que las personas que viven en situaciones socioeconómicas más duras tienen más dificultades para dejar el tabaco", señaló Joan Ramon Villabí, presidente del Consejo Asesor del Tabaquismo.