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Las obras de la M-30 dejan al descubierto los dos puentes más antiguos de Madrid

El Ayuntamiento reconoce que el hallazgo ha paralizado los trabajos en los tramos afectados

Soledad Alcaide

Las obras de soterramiento de la M-30 a su paso por el río Manzanares han hecho aflorar hallazgos arqueológicos que los expertos de la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad consideran que suponen una "información casi única para Madrid". Se trata de un pilar con tajamar y el arranque de dos arcos de medio punto de lo que fue el antiguo puente de Segovia (unos 95 metros al norte del actual) y de seis pilas del antiguo puente de Toledo (aguas abajo de la actual pasarela) con el arranque de los arcos, de las que sólo quedan dos. Ambas construcciones hidráulicas, anteriores al siglo XV, son las más antiguas documentadas hasta ahora, según Patrimonio. Las obras están paralizadas en los tramos afectados.

Fuentes de la Dirección General de Patrimonio reconocieron el altísimo valor de los dos hallazgos. "Vamos a tener más información a través de los trabajos arqueológicos que lo que tenemos a través de las fuentes históricas", recalcaron. "Esto forma parte del pasado de Madrid".

Los informes de esta dirección general subrayan su interés a la hora de estudiar "la posición de los restos exhumados, su forma, sus fases de abandono y la relación con otros elementos constructivos y naturales del valle", porque permitirán reconstruir la relación entre el clima de la zona del Manzanares y la actividad humana que se desarrolló en ella. También destaca que construcciones parecidas halladas en el Tajo y el Jarama han servido para realizar estudios similares, que fueron objeto de atención internacional.

Sin embargo, los dos descubrimientos no han sido simultáneos. Los primeros restos en aflorar fueron los del antiguo puente de Toledo, hace casi un mes, según explicó ayer el subdirector general de Construcción de Infraestructuras Singulares del Ayuntamiento de Madrid, Juan de las Heras. Fueron hallados a ocho metros por debajo de la cota actual de la calzada de la M-30.

Los vestigios del antiguo puente de Segovia, conocido como la puente segoviana, surgieron hace apenas 10 días, por lo que, según Patrimonio, están menos estudiados. Estos restos están situados a una profundidad de unos 4,8 metros sobre la cota actual del suelo.

La construcción de un gran colector en la M-30 -de tres metros de alto por dos de ancho- dejó al descubierto los restos de la vieja puente toledana junto al actual puente de Toledo que es obra de Juan de Herrera. "La parte superior de las pilas y el arranque de los arcos, que soportarían el tablero y conformarían los ojos del puente, muestran una fábrica de ladrillo macizo y argamasa", afirma un informe de la Comunidad. "Los tajamares están compuestos por mampostería de bloques de pedernal y caliza trabajados con argamasa. En una de las pilas que se conserva se ha documentado un arco de descarga o pequeño aliviadero", agrega.

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De las Heras reconoció que el descubrimiento ha obligado a detener las obras del colector mientras Patrimonio estudia los restos. "La parte correspondiente a la afección está parada desde hace un mes", afirmó De las Heras. Esto ha supuesto una nueva demora en los polémicos trabajos de reforma de la M-30, una obra muy cuestionada por los vecinos y los grupos de la oposición (PSOE e IU).

Durante este tiempo, Patrimonio ha llegado a la conclusión de que "podrían formar parte de una de las principales obras hidráulicas de la ciudad de Madrid", según un informe. Éste añade: "Se tiene constancia bibliográfica de la existencia de al menos dos puentes anteriores al actual, desde el siglo XV y que podrían corresponder con los restos exhumados".

Los restos del antiguo puente de Segovia, al que se refiere Luis de Góngora en algún poema, aún no han sido estudiados detenidamente. "Estamos limpiándolos, para que pueda verlos la dirección general", precisó De las Heras, que agregó que las obras están paralizadas en este tramo. Fuentes de Patrimonio explicaron que "es muy probable" que la construcción corresponda a la denominada "puente segoviana", aunque matizaron que de "esa época existe muy poca documentación".

Las primeras menciones a una construcción de madera que cruzaba el Manzanares en este tramo están en dos cartas de Alfonso XI, de 1345 y 1346, cuando el monarca "autoriza al Concejo de Madrid a reunir abundantes fondos para obras en el puente de Segovia". El estudio Madrid y el Manzanares: el río, la ciudad y sus puentes, de Carlos Fernández Casado, hace referencia a la existencia de dos dibujos de los puentes primitivos de Madrid -la puente segoviana y la puente toledana- "en el Códice de Viena". En uno de ellos, figura la puente segoviana con 13 arcos, mientras que un segundo grabado lo plasma sólo con nueve arcos. Uno de los informes de Patrimonio relaciona dichos grabados con los restos localizados junto al de Segovia.

Una de las pilas de la vieja puente toledana encontradas durante la construcción de un colector, que se aprecia en la parte superior de la imagen.
Una de las pilas de la vieja puente toledana encontradas durante la construcción de un colector, que se aprecia en la parte superior de la imagen.

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Sobre la firma

Soledad Alcaide
Defensora del Lector. Antes fue jefa de sección de Reportajes y Madrid (2021-2022), de Redes Sociales y Newsletters (2018-2021) y subdirectora de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS (2014-2018). Es licenciada en Derecho por la UAM y tiene un máster de Periodismo UAM-EL PAÍS y otro de Transformación Digital de ISDI Digital Talent. 

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