La Guardia Civil moviliza 200 nuevos agentes para luchar contra los asaltos a viviendas

La Guardia Civil movilizará a 200 nuevos agentes en un esfuerzo por poner fin a los asaltos a chalets y masías. Los efectivos, llegados de otros puntos del país, serán distribuidos por las comarcas de Barcelona y Tarragona, donde aún conservan competencias y en las que se ha registrado la mayor parte de los incidentes. Los agentes empezarán a trabajar el próximo sábado en estas zonas. Coincidiendo con esta operación, los responsables de las fuerzas de seguridad que actúan en Cataluña celebrarán hoy una reunión en la que podría planificarse una nueva estrategia para acabar con estos asaltos.

Los refuerzos de la Guardia Civil serán distribuidos prácticamente a partes iguales entre las provincias de Barcelona y Tarragona -87 en Barcelona y 86 en Tarragona-, lo cual supondrá un incremento global del 20% sobre los equipos que se dedican usualmente a combatir este tipo de delitos. El resto de los refuerzo, 27 agentes, serán destinados a las brigadas de información, que trabajan al máximo para identificar las bandas de asaltantes. De los agentes destinados a Tarragona, 44 irán al cuartel de Reus, 6 a Tortosa y 36 a Valls, mientras que en Barcelona, 55 irán a Sitges, 10 a Premià de Mar y 22 a Manresa.

La llegada de estos refuerzos fue anunciada ayer por el delegado del Gobierno central en Cataluña, Joan Rangel, y por el general Antonio Carrascosa Carrascosa, jefe de la Guardia Civil en la zona. La presentación oficial de estos efectivos se llevará a cabo el próximo 1 de junio, en un acto protocolario al que asistirá el nuevo director general de la Guardia Civil, Joaquín Mesquida.

"Esperamos así volver a la normalidad y acabar con la alarma social que se ha creado en las últimas semanas con los asaltos a viviendas", aseguró Joan Rangel. El delegado del Gobierno señaló que esta alarma social no se corresponde con los índices de delincuencia, ya que éstos han decrecido en los últimos meses, especialmente en la provincia de Tarragona.

Por otra parte, responsables de los cuerpos de seguridad centrales y autonómicos que actúan en Cataluña se entrevistarán hoy en Sabadell. La reunión forma parte de los contactos que las policías celebran habitualmente, pero en esta ocasión la sesión tendrá un carácter extraordinario. El punto más importante del orden del día será el estudiar una nueva estrategia para poner fin a los asaltos a chalets y masias.

Los responsables de la policía autonómica no descartan la posibilidad de que de esta reunión salga una orden por la que se refuercen las áreas donde se encuentran desplegados y en las que se han realizado los asaltos, especialmente en Girona. Los mossos de refuerzo podrían provenir de guarniciones situadas en las zonas fronterizas del Pirineo, aseguró ayer un portavoz de la Administración autonómica.

Todos estos esfuerzos, sin embargo, no parecen haber tranquilizado a la población, que, preocupada, ha decidido constituir grupos de autodefensa. Por ejemplo, los vecinos de Teià (Maresme) se plantean organizar "rutas de vigilancia nocturna para colaborar con las personas que deben hacer este trabajo", aseguraba ayer uno de los promotores de la iniciativa.

La resurrección de esta especie de somatén -grupos paramilitares reactivados a mitad del siglo XIX por los grandes propietarios rurales de Cataluña- está originando inquietud en la Administración. El alcalde de Teià desaconsejaba ayer la creación de esta milicia porque puede "entorpecer el trabajo del Cuerpo Nacional de Policía y de los Mossos d'Esquadra. Por su parte, el delegado del Gobierno recordaba también que los únicos que "pueden patrullar" son las policías.

"Este tipo de reacciones son comprensibles desde el punto de vista humano, pero desde el nuestro pueden acabar generando problemas. Por eso, no recomiendo este tipo de iniciativas", afirmó ayer Rangel de manera tajante.