Acertada composición

Éste podría ser un rosado representativo tanto de la buena cosecha de 2005, que ofreció uvas maduras y equilibradas, como de la nueva concepción enológica de una tipología de vino que cuenta cada vez con mayor número de adeptos. Rosados que recuperan cierto aire de juventud, la alegría de un buen blanco con un punto de la seriedad del tinto, lejos de aquellos "rosaditos que van bien con todo", de fácil frescura, levedad intrascendente y cuerpo anoréxico. Así lo entendieron los casi 90 enólogos participantes en el pasado Enoforum al otorgarle la máxima puntuación en su categoría.

Argumentos tiene, y sobrados. Por ejemplo, una juiciosa utilización de la uva bobal, tradicional en tierras levantinas para estos menesteres, pero con el pequeño añadido de monastrell y tempranillo. Una acertada composición que se refleja en su aroma delicado y contrapuntístico: fruta en sazón, carnosa y silvestre, con flor blanca y un destello anisado. La boca tiene frescura, lozanía, y tacto suave. El vino fluye y deja un ligero amargor en su final goloso.