'Pelis' de guerras
Dicen que en el Festival de Tribeca, la película United 93, crónica del británico Paul Greengrass sobre uno de los vuelos secuestrados el 11-S, ha provocado un impacto emocional en el público neoyorquino, hasta el punto de que ha habido protestas por la exhibición de sus tráilers en cines donde la gente no va precisamente a recordar aquellos momentos. En el próximo festival de Venecia se verá World Trade Center, del imparable Oliver Stone, que al parecer habla del heroísmo de los dos últimos bomberos rescatados de entre las ruinas de las Torres Gemelas. Seguramente, con el tiempo, seguirán muchas otras sobre el mismo trágico día. Hay aún pasajes oscuros que el cine querrá desvelar.
Hoy se estrena en España Zona libre, del israelí Amos Gitai, vista en Cannes el pasado año, y precipitada historia urbana que quiere incidir en el desencuentro entre israelíes y palestinos. Hasta hace poco se exhibía Paradise now, que hablaba del mismo conflicto desde el lado de los terroristas, en paralelo con la historia de la venganza de Estado que refleja Munich, de Steven Spielberg, aún en las carteleras...
No está el patio para tonterías. El cine regresa con mayor o menor fortuna a crónicas de nuestro tiempo o a pasajes históricos recientes. En el próximo Festival de Cannes se presentarán dos películas españolas sobre el franquismo: Salvador, de Manuel Huerga, que reconstruye la vida del anarquista Salvador Puig Antich, y especialmente su condena a garrote vil en 1974, haciendo caso omiso a todas las protestas internacionales, y El laberinto del fauno, del peculiar director mexicano Guillermo del Toro, que trata de la supervivencia y represión del maquis en un misterioso ambiente en que se mezclan hadas y fantasías. La semana que viene se estrenará en España la oportuna tragicomedia de Carlos Iglesias Un franco, 14 pesetas, que recuerda la emigración española a países europeos en los años sesenta. A finales de mayo se presentará en nuestros cines la magnífica Camino a Guantánamo, de Michael Winterbottom y Mat Whitecross, recientemente premiada en el Festival de Berlín. Y más tarde veremos GAL, de Miguel Courtois, director de cine de acción como bien demostró en El Lobo. Suma y sigue.
Un buen número de películas se empeñan en recuperar el contacto con aspectos políticos del presente o de otros tiempos en la historia, después de épocas de secano en que estos temas han estado más o menos proscritos de la pantalla.
Luego, cuando llegue la batalla de las cifras de taquilla y alguna película no haya rendido lo que se esperaba de ella, siempre habrá quien salte protestando por la politización del cine. Sin embargo, algo debe de estar ocurriendo cuando tantas películas de este tipo surgen por todas las latitudes.
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