Evo Morales afronta nuevas movilizaciones en Bolivia

El presidente boliviano, Evo Morales, afronta nuevas amenazas de movilizaciones al cumplir los tres meses de su mandato. Mientras los líderes regionales de Santa Cruz y Tarija (los departamentos petroleros del país) amenazan con una huelga general, los habitantes de Puerto Suárez, Puerto Quijarro y El Carmen, tres localidades cruceñas situadas en el extremo sureste de Bolivia, mantienen cerrada la frontera con Brasil en protesta por la decisión del Gobierno de desmantelar una planta siderúrgica brasileña ubicada en la zona.

El único alivio le ha llegado a Morales del fracaso del paro convocado por la Central Obrera Bolivia, del que se descolgaron a última hora los maestros y el personal sanitario. La manifestación convocada por el sindicato se suspendió ante la presencia de 200 personas.

Los departamentos petroleros de Santa Cruz y Tarija han dado un plazo de siete y diez días, respectivamente, para que el Gobierno atienda sus demandas. Santa Cruz exige la ejecución del proyecto siderúrgico de El Mutún y el pago de salarios pendientes en el sector de la salud. Tarija reclama la ejecución de una apremiante red vial en su territorio.

Simultáneamente, el Comité Cívico de Puerto Suárez mantiene por tercer día consecutivo el cierre de la frontera con Brasil y el bloqueo de la carretera y la vía férrea, además de la suspensión de operaciones aéreas, para tratar de impedir el cierre de la empresa brasileña EBX, dedicada a producir arrabio (fundición de hierro) con carbón vegetal y que da trabajo a 900 vecinos. "No sólo Puerto Suárez, sino toda la provincia, con sus 50.000 habitantes, está parada", informó Edil Gericke, uno de los dirigentes de la protesta. El presidente del Comité Cívico de Puerto Quijarro, Roberto Hurtado, amenazó, en declaraciones al diario El Deber, de Santa Cruz, con un cierre de las válvulas de lo ductos de las empresas petroleras ubicadas en la provincia.

Morales dijo ayer que la empresa, a la que acusan de estar sin permiso en suelo boliviano, se irá "por las buenas o por las malas". A pesar de las protestas, insistió, "la Patria no se negocia, ni la Constitución se acomoda a las arbitrariedades de una empresa extranjera".