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Los 'arrantzales' entran en una quincena decisiva para comprobar si hay o no anchoa

Los pescadores del Cantábrico afrontan desde hoy dos semanas decisivas para su futuro y el de la pesquería de la anchoa, reabierta el 1 de marzo tras casi un año de paro biológico para su regeneración. "Esta especie suele aparecer en la segunda quincena de abril. De hecho, el 90% de las escasas capturas del año pasado se concentraron en estos días, explica Jaime Tejedor, presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Guipúzcoa. "Así que ahora veremos si hay o no hay anchoa y si la veda de la Unión Europea ha sido suficiente o no".

La flota del Cantábrico -197 barcos y 1.800 marineros- saldrá hoy a faenar, en medio de la incertidumbre y la preocupación. "Se nos dice que parece ser que va a haber anchoa", dice Tejedor. "Pero eso está por ver". El único dato real de que disponen los pescadores para hacer proyecciones es que la flota arrastrera francesa, que no puede volver al mar hasta principios de julio, pescó en marzo 30 toneladas de esta especie, lo que "ni es mucho ni poco", según sus palabras.

"Estamos preocupados porque nos jugamos mucho", asegura el representante de los arrantzales guipuzcoanos. "Sobre todo, a la vista de lo que ha ocurrido con el verdel". Sólo en Guipúzcoa se capturaron el año pasado para estas fechas ocho millones de kilos de esta especie antes desechada por los pescadores vascos, que ahora goza de aceptación entre los consumidores. Y en esta campaña no han llegado a pescar ni cuatro millones. "Al haber tenido menos ingresos hay más psicosis entre la gente de la mar", apunta, "porque muchos se preguntan qué van a hacer si ahora falla la anchoa".

Estudio científico

La Unión Europea ordenó el cierre de la pesquería de la anchoa en julio del año pasado, después de una catastrófica costera -la flota del Cantábrico no pescó ni 200.000 kilos-. El paro biológico para la recuperación de la especie se prolongó sólo hasta marzo, cuando se decretó la reapertura del caladero, no sin recelos del sector y de instituciones como el Gobierno vasco. Se fijó, eso sí, una cuota máxima de capturas de 5.000 toneladas; 4.500 para los pescadores españoles y 500 para los franceses, que además reciben otras 250 de la flota del cantábrico por parar en abril y mayo. "Además, el Consejo Europeo se comprometió a decretar de nuevo la veda de constatarse que la especie no se ha recuperado", añade el presidente de los pescadores guipuzcoanos.

Entre el 4 y el 24 de mayo biólogos españoles y franceses saldrán a la mar para realizar un estudio científico sobre la situación de la anchoa. "Pero para entonces los arrantzales ya lo habremos comprobado", dijo Tejedor. "Vuelvo a repetir que estas dos semanas van a ser decisivas Y parece que el tiempo no acompaña demasiado. La temperatura del agua no es la adecuada".

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