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EE UU estudia lanzar ataques aéreos contra las instalaciones nucleares de Irán

El ministro de Exteriores británico descarta de momento la opción militar

Yolanda Monge

EE UU considera la posibilidad de lanzar ataques selectivos contra Irán como parte de una estrategia de diplomacia coercitiva más amplia para presionar a Teherán para que abandone su supuesto objetivo de desarrollar un programa nuclear, según informaba ayer en portada el diario The Washington Post, basándose en altos funcionarios de la Administración Bush. Los ataques no se realizarían "a corto plazo", pero la Casa Blanca los estaría considerando como "una opción posible" y prevé usarlos como amenaza "para convencer a Irán de que este asunto es cada vez más serio".

Desde Londres, el ministro de Exteriores británico, Jack Straw, rechazó tal posibilidad, que calificó de "completamente loca".

En declaraciones a la BBC, Straw aseguró que no hay base alguna para una acción militar a pesar de las sospechas de que el uranio que Irán enriquece es para desarrollar armas nucleares. "No estamos seguros de las intenciones de Irán, así que no existe ninguna base sobre la que alguien se pueda arrogar la autoridad para lanzar una acción militar", declaró el ministro británico. Desde Teherán, se aseguraba que tales informaciones no eran otra cosa que una forma de "guerra psicológica".

Pero The Washington Post no es el único en expresar la posibilidad de ataques selectivos contra Irán. La revista The New Yorker publica en su edición del 17 de abril, que sale hoy a la venta, un reportaje del periodista y escritor estadounidense Seymour Hersh donde se asegura que esos ataques contra Irán son una certeza. Hersh va incluso más lejos: tendrán carácter "nuclear". Siempre según Hersh, uno de los planes presentados por el Pentágono a la Casa Blanca implicaría el uso de la bomba antibúnker con ojiva atómica B61-11 y uno de los supuestos objetivos sería la planta nuclear de Natanz, a 300 kilómetros al sur de Teherán, donde Irán concentra las principales actividades de enriquecimiento de uranio. "La Casa Blanca cree que la única manera de solucionar el problema es cambiando la estructura de poder de Irán". "Y eso significa la guerra", asegura Hersh, premio Pulitzer en el año 1970, que cita a un alto cargo del Pentágono sin aportar su nombre.

Seymour Hersh fue el periodista que sacó a la luz los abusos que se cometían en la prisión iraquí de Abu Ghraib. Ahora Hersh escribe que la Fuerza Aérea de EE UU está elaborando una serie de "listas de objetivos", mientras algunos equipos de tropas de combate estadounidenses se encuentran en secreto en Irán para recoger información "sobre el terreno y contactando con grupos étnicos antigubernamentales".

De acuerdo con Hersh, el presidente Bush y otros funcionarios de la Casa Blanca están inquietos con el político ultraconservador iraní Mahmud Ahmadineyad, al que en privado califican como "un potencial Adolf Hitler". Un consultor gubernamental, citado por el periodista Hersh, señala que el presidente George W. Bush cree que debe hacer "lo que ningún republicano o demócrata, si salen elegidos en el futuro, tendría el valor de llevar a cabo". Y subraya que "salvar a Irán sería su legado".

The Washington Post matiza que se descarta una invasión por tierra y que los oficiales militares sopesan alternativas que van desde un ataque selectivo aéreo dirigido contra emplazamientos nucleares importantes hasta una campaña con bombas contra objetivos políticos y militares. Pero el diario cita también a otros analistas que creen que los ataques aéreos que se plantea la Casa Blanca sólo "lograrían retrasar el programa nuclear iraní unos años y exacerbarían la opinión internacional contra EE UU, especialmente por parte de los musulmanes", lo que en última instancia convertiría a "los militares norteamericanos en Irak en un objetivo".

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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