El actor con cara de púgil
Jorge Sanz fue durante años un seductor, el niño mimado de los grandes directores españoles. Hoy, con 37, atesora más de medio centenar de películas, un hijo y muchas tablas. Ahora regresa al cine con 'Bienvenido a casa', de David Trueba.
Las encargadas del mantenimiento de los jardines de la madrileña plaza de Oriente empuñan sus rastrillos a media mañana mientras el actor posa para la sesión de fotos. Sus 37 años han transformado la carita de niño mono en un rostro de púgil. Un cigarrito chulesco entre los labios y las ojeras de varios días trasnochando acentúan el gesto pícaro. Francisca Palomeque, una de las jardineras, de 45 años, le ha reconocido.
-¡Jorge! ¿Por dónde andas? Últimamente se te ha visto poco.
-Ahora estreno una película. Hago de sinvergüenza y estoy estupendo.
-Déjame que te vea Pues te conservas de maravilla. ¿Qué cremas usas?
-Nada, señora, sólo un poco de Nivea azul para las manos.
-Te sigo desde pequeñito
"Las niñas me esperaban a la puerta del hotel. Luego vinieron otros más guapos y esa histeria
"Almodóvar es un director que piensa que tú le perteneces. Y pertenecerle tiene que apetecerte mucho..."
-¡Yo de niño era un actor cojonudo!
Este madrileño bajito, "hijo del cine, igual que Jean-Pierre Léaud", como le define el cineasta Fernando Trueba, es hoy un profesional que tiene más de 50 títulos a sus espaldas y un hijo de tres años. Entre tanto, muchos altibajos. "Cuando escasean las ofertas te planteas muchas cosas. ¿Será que ya no gusto? Luego decides que tu vida no depende de que suene el teléfono".
Ahora vuelve a la gran pantalla con Bienvenido a casa, escrita y dirigida por David Trueba. Protagonizada por Alejo Sauras (el entrañable Raúl de la serie televisiva Los Serrano) y Pilar López de Ayala (Juana la Loca), la película cuenta las aventuras de un chaval que llega a Madrid para vivir con su novia y trabajar como fotógrafo en una revista de información general. Allí encuentra a unos redactores que se convertirán en una especie de familia para él. Con un amplio reparto -Ariadna Gil, Juan Echanove, Julián Villagrán, Javivi Gil Valle, Concha Velasco y Carlos Larrañaga, entre otros-, el filme evoca la frescura de las mejores comedias madrileñas de los años ochenta.
Jorge Sanz interpreta en Bienvenido a casa a un periodista deportivo aficionado al strip-tease que odia a los futbolistas. "Es un anormal entrañable. David ha conseguido que, por muy descerebrados que sean sus personajes, acabes queriendo a estos indeseables. Él sabe que la vida es una mierda. Y que la única salvación es tratarla en forma de comedia". Sanz y David Trueba son viejos amigos. El actor, que se ha puesto por primera vez a sus órdenes en esta película, asegura que el rodaje no ha truncado su complicidad. Todo lo contrario. "Eso sí, es muy difícil trabajar con alguien que te conoce tanto. A un director que no sabe nada de ti le puedes engañar de vez en cuando; a un amigo, no".
El actor recoge del suelo su mochila naranja para continuar el paseo. "Ésta es mi casa. Con lo que llevo dentro puedo estar meses dando tumbos". Después de la entrevista se marcha a Murcia. Allí comenzará una gira por España con la obra Hijos de mamá, una comedia en la que comparte escenario con Enrique San Francisco. Juntos dan vida a dos hermanos granujas que se disputan la herencia de su madre. "El teatro me apasiona, pero lo que a mí me pone es el cine".
Ha pasado la mayor parte del tiempo sobre las tablas durante los últimos años. El cineasta y escritor Gonzalo Suárez le ofreció en 2002 representar el papel protagonista de su versión sobre la obra Arsénico por compasión, originaria de la película de Frank Capra. Aquélla fue la primera incursión teatral de ambos. Sanz se puso en la piel de Cary Grant en 150 ocasiones y continuó en los escenarios protagonizando, con Amparo Larrañaga, Pequeños crímenes conyugales, escrita por el francés Eric-Emmanuel Schmitt. Mucho teatro, algo de televisión -anuncio de Mistol incluido- y varios papeles de reparto en el cine, como el de un etarra que intenta abandonar la lucha armada en El Lobo (Miguel Courtois, 2004).
La mirada del actor se ha endurecido con los años. Sus ojos marrón claro parecen verdes a la luz del sol. Los brazos, fuertes. Los pulgares, anillados a la presilla de los pantalones. Foto junto a las estatuas de los reyes godos repartidas por los jardines de Oriente. "El que tiene cara de clásico es Gabino Diego. Yo tengo cara de Guerra Civil". Su filmografía ostenta pocos papeles de época y muchos de preguerra, guerra y posguerra: El embrujo de Shanghai (Fernando Trueba, 2002), El florido pensil (Juan José Porto, 2002), La niña de tus ojos (Fernando Trueba, 1998), Libertarias (Vicente Aranda, 1996), Belle époque (Fernando Trueba, 1992) Un grupo de adolescentes de excursión se adentra en los jardines. Tras el revuelo, una quinceañera se cerciora: "¡Es Jorge Sanz!".
El refugio elegido es un café junto al Teatro Real. "Se podrá fumar, ¿no?". Refresco de cola y paquete de tabaco sobre la mesa. "En Burgos noté la fama por primera vez, durante el rodaje de Amantes, de Vicente Aranda. Era un chaval de 20 años que de repente necesitó escolta policial para ir al rodaje. Las niñas me esperaban a la puerta del hotel para lanzarse a mis brazos. Luego vinieron otros más guapos y más jóvenes, y esa histeria la enfocaron hacia ellos". Asegura no echar de menos aquellos años de gruppies. "Ahora no es que no me paren, es que no me paro yo. He tardado mucho en asumir la fama. Y en aprender a disfrutarla. Cuando la gente es amable, es un privilegio que todo el mundo te conozca".
El actor recuerda cómo dejó de interpretar papeles de niño de la mano de Vicente Aranda. El director barcelonés esperó a que el crío de La miel -primer papel, con nueve años, que consiguió en un casting de más de 500 niños-, Valentina y Conan el Bárbaro -"yo no empecé con Schwarzenegger, Arnold empezó conmigo"- se hiciera mayor para trabajar con él. Le fichó para Si te dicen que caí (1989), con la que ganó un Goya al mejor actor, y Amantes (1991), la tórrida historia en la que Sanz se debate entre el amor a la juventud de Maribel Verdú y la pasión por la madurez de Victoria Abril.
Interpretar escenas de sexo nunca le ha supuesto un problema. "Volvería a desnudarme ante las cámaras para rodar otra película como Amantes". Aranda recuerda que la voz del actor era demasiado grave y tenían que repetir muchas tomas en las que no se le entendía cuando hablaba. "Cuando era más joven me expresaba mejor con la mirada que con lo que decía. Yo soy un actor intuitivo, nunca he ido a escuelas. Ahora, con el teatro, es cuando estoy aprendiendo a modular la voz".
Si Vicente Aranda guió su transición a los papeles de galán, el actor guarda para Fernando Trueba sus mayores agradecimientos. "Yo hubiera sido militar, como mi padre, de no haberme cruzado con él". El año de las luces (1986) supuso su primer encuentro con dos personas muy importantes en su vida: el mayor de los Trueba y Maribel Verdú. Los tres vivieron momentos dulces, como la celebración del Oscar a la mejor película extranjera por Belle époque en 1994. "Hablábamos con Clint Eastwood en las fiestas de los Oscar, cantábamos por las calles de Los Ángeles, íbamos de una limusina a otra Todo lo que hicimos durante aquellos años fue épico".
Jorge Sanz fichó entonces por una agencia estadounidense que intentó conducir su carrera en Hollywood. "Interpreté papeles de chicano que no me llevaban a ninguna parte". Estando allí, Pedro Almodóvar le ofreció protagonizar Carne trémula. El actor abandonó el sueño americano y decidió retomar su carrera en España. Semblante serio al oír el nombre del director manchego. "Almodóvar me puso de patitas en la calle una semana después de comenzar el rodaje de Carne trémula. Es un director que piensa que tú le perteneces. Y pertenecerle tiene que apetecerte mucho Pero no pasa nada. Los directores, los guionistas y los productores han de ser egoístas. Y si alguien no te da el resultado que necesitas, lo cambias. Esta profesión es así".
Después de aquello, el comediante acostumbrado a ser el protagonista absoluto empezó a alternar esa condición con papeles secundarios en cine y televisión. Sobre su trabajo, piensa que hacer películas malas forma parte del juego. "He crecido y ahora lo veo todo con distancia. El éxito es secundario. Lo importante es vivir la vida. Conozco medio mundo gracias a los rodajes y me pulí todo el dinero en disfrutar cada instante que me ha tocado vivir. Me gusta aquello que dijo el británico Michael Caine cuando le preguntaron sobre su papel en Tiburón IV: 'Probablemente sea la peor película de la historia, pero gracias a ella he comprado mi casa". También reconoce que es difícil no sucumbir a los encantos de la envidia en el cine. "Si el público que está viendo una película deja de fijarse en ti porque un perro muy gracioso te chupa el pie, no puedes evitar sentir envidia del jodido perro. Pero cada vez me importan menos las críticas. Las películas no se hacen para los críticos, y a veces tampoco para el público Cuando estás a gusto interpretando, lo que haces es la película que a ti te gustaría ver".
La paternidad le ha cambiado. "Ya no tomo cañas con los amigos cuatro veces al día". Merlín, su hijo, nació del amor con la actriz Paloma Gómez, con quien mantiene una cordial relación, a pesar de estar ahora separados. "La convivencia es un veneno para el amor. He vivido sólo toda mi vida. Y uno, con la edad, va cogiendo manías ". El actor ha abandonado la capital y se ha trasladado a vivir a la sierra, cerca de la estación de Torrelodones. "Quiero que mi hijo corra libre y se suba a los árboles. Madrid ya no da más de sí. De atascos, de polución, de gente". Pero no reniega de la capital. "Es mi ciudad favorita. Yo soy de Chamberí. Y uno es de donde recuerda los olores de la infancia".
El niño que estudió hasta la selectividad en el colegio del Pilar -"lo que yo estudiaba era la forma de hacer lo menos posible para aprobar"- es hoy un hombre duro, fuerte y formal. La fama que le abrumó de jovencito se ha convertido en el reconocimiento diario en el mercado. O en los saludos del vecindario cuando pasea por Torrelodones de la mano de su hijo. Una vez comentó que le encantaría tomar el aperitivo en pelotas. "¿Sabes lo que pasa? Concedo entrevistas desde los nueve años. Y he dicho tantas gilipolleces, que a veces me digo: seré descerebrao".
'Bienvenido a casa' se estrena en cines de toda España el próximo 7 de abril.
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