Rice admite "miles de errores tácticos" de EE UU en Irak
"No queremos ser los carceleros del mundo", asegura la secretaria de Estado de Bush
La secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, admitió ayer durante una visita al norte de Inglaterra que su país ha cometido "miles de errores tácticos" en Irak, pero defendió la bondad del "objetivo estructural" de la invasión. Rice ha pasado dos días de visita en las ciudades de Blackburn y Liverpool invitada por su homólogo Jack Straw, que en su día visitó la ciudad natal de la secretaria, Birmingham (Alabama, EE UU). "No queremos ser los carceleros del mundo", dijo también después de defender la existencia del campo de detención en la bahía de Guantánamo, en Cuba.
Blackburn es una ciudad mediana, 800.000 habitantes, que floreció a finales del siglo pasado gracias a la industria del algodón y que destaca hoy por ser una de las urbes con mayor concentración de musulmanes: en torno al 20% de la población. Pero es también el feudo electoral de Jack Straw y un baluarte del laborismo. Las protestas reflejaron tanto la sensibilidad de la ciudad con el asunto de Irak como la gran influencia de Straw entre los caudillos musulmanes.
Condoleezza vivió el desaire de que le retiraran una invitación para visitar una de las mezquitas locales y de tener que entrar por la puerta de atrás a la escuela que visitó, pero los manifestantes que le pedían que volviera a su casa y que denunciaban la guerra -"¿Cuántos muertos por barril de petróleo?", rezaba una de las pancartas- apenas llegaban a los dos centenares. Y la cosa no pasó de gritos y pancartas. La secretaria de Estado visitó también una factoría de armamento y el estadio del equipo de fútbol local, los Blackburn Rovers, donde su entrenador, el ex jugador del FC Barcelona Mark Hughes, le entregó una camiseta con el número 10.
Defensa de Guantánamo
Fue allí, en una sesión de preguntas y respuestas abierta al público, donde la secretaria Rice dio los mejores titulares para la prensa. "Sé que hemos cometido errores tácticos, miles de errores tácticos, lo sé", dijo cuando le reprocharon la invasión de Irak. Pero defendió la invasión contra viento y marea: "Creo firmemente que era la decisión estratégica adecuada porque Sadam ha sido una amenaza para la humanidad". Y defendió también la permanencia de las tropas norteamericanas: "Sería un error marcharnos y dejar Irak a la merced de los Zarqauis del mundo o los antiguos baazistas".
Cuando le reprocharon la existencia del campo de Guantánamo, respondió: "No toleramos que nadie se implique en actos de tortura ni en casa ni en el extranjero. Tampoco tenemos ningún deseo de ser los carceleros del mundo. Queremos que los terroristas que han sido capturados sean juzgados por sus crímenes".
También acusó a los regímenes autoritarios árabes de alimentar el terrorismo, al espolear la "ideología del odio". No faltó la habitual referencia a Irán con tintes de palo y zanahoria. Apoyó las propuestas de Straw de poner en marcha sanciones si no cumple con las exigencias, pero dejó claro que el uso de la fuerza "no está en la agenda". Luego viajó hacia Liverpool, la cuna de los Beatles y bastión rojo en el fútbol y en la política.
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