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Reportaje:Corrupción en Marbella

Candidatos al infierno

Socialistas, PP e Izquierda Unida preparan dirigentes solventes y creíbles para poner fin a cuatro mandatos del 'gilismo' en Marbella

Marbella se ha convertido para los partidos políticos andaluces en uno de los principales objetivos electorales de los comicios municipales de 2007. Tras 15 años de Gobiernos con mayorías absolutas del Grupo Independiente Liberal (GIL), PSOE y PP se han propuesto establecer como una de sus prioridades -al mismo nivel que las ocho capitales de Andalucía-, el ser los más votados por los marbellíes dentro de un año.

Marbella tiene ahora 117.353 habitantes, 35.477 más que en 1991. El mes de mayo de ese año, los ciudadanos votaron en un 65% a Jesús Gil, quien con 19 concejales, dejó sin representantes al PP; y al PSOE, con un escuálido grupo de cuatro ediles. Gil ganó en Marbella -donde el PSOE gobernó entre 1979 y 1991- por la descomposición de los sucesivos Gobiernos municipales, y lo hizo con mensajes sencillos y claros: prometió limpieza y seguridad en las calles, viviendas sociales prefabricadas de 30 metros cuadrados, un "putódromo" para las prostitutas de "bajo nivel", y negocio para todos. "Alguien ha dicho que yo quería ser alcalde para vender mis pisos, y es verdad", dijo Gil como una premonición de lo que vendría después, tras arrasar en sus primeras elecciones.

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Cuatro mandatos municipales más tarde, los partidos tradicionales manejan encuestas q ue les dicen que los ciudadanos han dado la espalda a ese modelo que inició el ya fallecido Jesús Gil, continuó Julián Muñoz y potenció la alcaldesa actual, Marisol Yagüe, hoy detenida.

De ahí que ahora, tras 15 años chupando banquillo en la oposición, hayan decidido hacer apuestas creíbles y con candidatos aparentemente atractivos para los ciudadanos. Así lo ha entendido el PSOE de Andalucía, que lleva preparando las elecciones municipales en Marbella desde el último trimestre de 2005.

Los socialistas llevan ya encargadas dos encuestas electorales en la ciudad. Ambas dan el mismo resultado, según fuentes socialistas: empate técnico entre el PSOE y PP, con leve ventaja para la derecha.

En esas encuestas los socialistas se han encontrado con un dato que intuían y temían: la mayoría de la gente de la ciudad cree que la tránsfuga Isabel García Marcos -hoy detenida- es aún la candidata del PSOE. Lo primero que ha hecho este partido para derrumbar esa imagen es buzonear 40.000 viviendas de la ciudad reiterando que fue expulsada de sus filas tras apoyar la moción de censura que dio la alcaldía a Yagüe, con el apoyo de un pelotón de tránsfugas. En esa propaganda se ensalzaba las políticas de la Junta de Andalucía en la zona, como la retirada de las competencias municipales al ayuntamiento.

El segundo paso ha sido el de buscar a un candidato solvente, con el que los ciudadanos puedan visualizar que el PSOE, esta vez, va en serio y a por todas. Se trata del consejero de Turismo del Gobierno andaluz, Paulino Plata, quien meses atrás reconoció que no entraba en su agenda "ni personal ni de trabajo" la alcaldía. El presidente de la Junta y secretario general de los socialistas andaluces, Manuel Chaves, ya le ha pedido que encabece la lista, y Plata busca el mejor momento para anunciar su total disposición a ser candidato. Una vez que se produzca ese paso, el PSOE propondrá a la dirección federal hacer una excepción con Marbella y designar cuanto antes el aspirante, un proceso que con carácter general los socialistas tienen previsto iniciar entre el 1 de septiembre y el 15 de octubre de este año.

Plata tiene fama de buen gestor y es, según la encuesta publicada por este periódico el pasado 28 de febrero, el consejero más conocido (44,5%) y valorado (5,75). Fue alcalde de Antequera (Málaga) entre 1987 y 1994 y a partir de esa fecha consejero de Agricultura del Ejecutivo de Chaves hasta esta legislatura.

Los socialistas creen que con Plata como pretendiente a la alcaldía lograrán recuperarla, toda vez que sus sondeos les indican que el modelo GIL "está liquidado". En el PSOE estiman que los marbellíes buscarán en los partidos clásicos la solución a sus problemas, y para eso el PSOE ha hecho circular con fuerza el mensaje de que la coincidencia de los Gobiernos central y autonómico, ambos socialistas, y el municipal, "es lo mejor" para resolver el caos marbellí. En cuanto a establecer pactos previos a las elecciones, el PSOE considera que aún es pronto para aventurar alianzas, aseguró ayer el secretario andaluz de Organización, Luis Pizarro.

El PP parte con la tranquilidad de ser el único grupo de la corporación que se mantiene inalterable y que no se ha visto salpicado por los escándalos políticos, lo que le convierte en el principal referente de la oposición a Marisol Yagüe, en lo que radica su principal aval electoral.

Desde hace meses, su candidata a la alcaldía, que será de nuevo Ángeles Muñoz, tiene su agenda prioritariamente a Marbella, que literalmente se ha pateado en busca de argumentos para hacer oposición y recabar apoyos. Muñoz es también diputada en el Congreso.

En Izquierda Unida, que lleva dos mandatos sin obtener representación municipal, la situación es parecida a la del PSOE. El coordinador regional de la federación, Diego Valderas, ha apostado por el diputado Antonio Romero como aspirante, pero no deja de ser una opinión personal que no se ha debatido en ningún órgano. "No hay nada decidido. No soy ni proyecto de candidato", afirma el aludido. Romero cree que tras las próximas elecciones debe establecerse un Gobierno "de concentración democrática" o, al menos, un pacto en los temas esenciales. "No estamos hablando de un enfermo que está en la UVI, sino de un muerto entre las llamas, que está en el infierno", asegura.

Antonio Romero (IU), Paulino Plata (PSOE) y Ángeles Muñoz (PP).
Antonio Romero (IU), Paulino Plata (PSOE) y Ángeles Muñoz (PP).

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