El tribunal especial de Sierra Leona quiere trasladar el proceso de Taylor a La Haya
Países Bajos exige una resolución del Consejo de Seguridad que avale la legalidad del cambio
Charles Taylor, el ex señor de la guerra y ex presidente de Liberia acusado de crímenes contra la humanidad, se ha convertido en un grave problema un día después de su detención en Nigeria, donde estaba asilado desde 2003. El tercer hombre más buscado por la justicia internacional, después de los serbobosnios Radovan Karadzic y Ratko Mladic, fue transferido en la tarde del miércoles a Liberia, cuyo Gobierno reclamó su captura. Al llegar a Monrovia fue detenido de nuevo, esta vez por tropas de la ONU, enviado en helicóptero a Freetown y puesto a disposición del Tribunal Especial de Sierra Leona, creado por Naciones Unidas.
Ayer, sin que transcurrieran siquiera 24 horas de su llegada, ese mismo tribunal pidió ayuda urgente a Holanda para transferir al detenido a ese país, donde se encuentra la Corte Penal Internacional de La Haya, entre otras instancias internacionales. El Tribunal de Sierra Leona explica que "la presencia de Taylor" supone un peligro de desestabilización para la región.
El Gobierno holandés, que acogió bien la petición, ha puesto dos condiciones: que la transferencia tenga bases jurídicas sólidas mediante "una resolución del Consejo de Seguridad que ampare un acuerdo formal entre el tribunal y el país de acogida", y que "Taylor abandone Holanda una vez pronunciada la sentencia definitiva".
Durante el proceso, el Tribunal Especial de Sierra Leona dispondrá en La Haya de alguna instalación penitenciaria que se encuentre a disposición de los tribunales internacionales.
Taylor, de 58 años, está considerado el instigador y beneficiario de la guerra civil que asoló Sierra Leona (1990-2001). También se le considera responsable de numerosos crímenes en los 14 años de guerra civil en su país. Las ONG calculan que en ambos conflictos perdieron la vida más de 400.000 personas. El tribunal le acusa de crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y violaciones contra los derechos humanos, como la amputación de manos y piernas, la utilización de niños soldado y de niñas como esclavas sexuales. Su presencia en Liberia y Sierra Leona es peligrosa, porque en ambos países permanecen, ya desmovilizados, muchos de sus guerrilleros.
La creación del Tribunal Especial de Sierra Leona, impulsada por EE UU, es previa a la entrada en funcionamiento de la Corte Penal Internacional y dispone de su propia reglamentación jurídica. La transferencia del caso o de todos los casos que allí se juzgan a La Haya podría ser ilegal y causa de anulación de pena. La solución es que el cambio sea sólo de decorado, es decir, un juicio dirigido por el tribunal especial, con sus jueces y fiscales, pero en Holanda.
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