La diputada holandesa Ayaan Hirsi Ali reclama "un Voltaire para el islam"
El libro 'Yo acuso' reúne los artículos, ensayos y entrevistas de la política de origen somalí
Los atentados del 11-S arrasaron las creencias de la diputada del partido conservador holandés Ayaan Hirsi Ali. "Fue la primera vez que sentí una voz interior que me animaba a participar en el debate sobre la relación entre el islam y Occidente", explicó ayer la escritora, de origen somalí, en la presentación de Yo acuso. Defensa de la emancipación de las mujeres musulmanas (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores). Hirsi Ali abandonó entonces la fe musulmana y, poco después, el partido laborista holandés. Sus escritos reunidos en el libro dan cuenta de la lucha que emprendió.
Hirsi Ali (Mogadiscio, Somalia, 1969) suscribe el título de su libro tomado del célebre artículo de Émile Zola, pero asegura que no fue idea suya, sino de los editores. No puede decirse lo mismo, sin embargo, de las 196 páginas que encabeza su Yo acuso. Los editores tan sólo han reunido las palabras e ideas que esta mujer ha presentado y defendido aun a costa de su vida.
"Cuando me preguntan qué es lo que me llevó a escribirlo aclaro que se trata de una recopilación de conferencias, entrevistas y artículos de prensa, algunos escritos en respuesta a las críticas que he recibido, y del guión que escribí para la película que dirigió Theo van Gogh, Submission I", explicó ayer la diputada holandesa. Este último trabajo marcó de forma dramática la vida de Ayaan Hirsi Ali. El director Theo van Gogh fue asesinado por fundamentalistas islámicos y sobre ella pesa desde entonces la amenaza de los sectores radicales musulmanes.
En la sede del Gobierno regional de la Comunidad de Madrid, acompañada por la presidenta, Esperanza Aguirre; el consejero de Empleo y Mujer, Juan José Güemes, y el director editorial de Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, Juan Tarrida, Hirsi Ali habló ayer de su trayectoria política y personal. Aguirre ensalzó su valor y compromiso en la lucha por los derechos de las mujeres, por el que le fue concedido el año pasado el Premio a la Tolerancia de la Comunidad de Madrid.
El traje rosa que lucía Hirsi Ali y los dulces modales de los que hizo gala no restaron fuerza a sus palabras. "Tras el 11-S sentí que muchos líderes políticos querían establecer la distinción entre religión y terrorismo. Leí los escritos de Mohammed Atta y de Bin Laden y como musulmana sentí que, sin duda, los atentados fueron cometidos en nombre de mi religión. Fue entonces cuando decidí hacer un llamamiento a la ilustración del mundo musulmán, aunque sabía que esto entrañaba riesgos frente a mi familia y a mi propia vida".
Como una "desagradable sorpresa" califica Hirsi Ali la reacción que su postura despertó en las filas laboristas. "La respuesta del partido parte de la sociedad multicultural y mis reflexiones son sobre la religión en la que me crié y también sobre las políticas multiculturales de Occidente. Se dijo que yo alentaba el fuego de la extrema derecha". En el libro, la diputada rechaza la postura de la izquierda, "que tiene la marcada tendencia de culparse a sí misma y a considerar al resto del mundo como víctima". Hirsi Ali reclama un trato de igual a igual entre Occidente y el islam.
"Más de dos tercios de los conflictos actuales se hacen en nombre del islam. La afirmación de que islam es paz carece de fundamentos y es una bofetada para quienes intentamos reformar y revisar la religión musulmana. Necesitamos un Voltaire para el islam", apuntó. La autora estableció un paralelismo entre la situación actual y la guerra fría. "El comunismo cayó porque se le minó desde dentro y se le atacó desde fuera. En el islam hay un vacío ideológico en el cuestionamiento de la religión. No niego los problemas que denuncia Bin Laden, pero no me gusta su respuesta. El tipo de aproximación a los regímenes totalitarios islamistas debería ser como el que se hizo al comunismo, a través de la persuasión interna para que abandonen. Yo soy optimista".
Babelia
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