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Reportaje:

La gripe calienta a Pescanova

La cotización se dispara el 20, aunque la demanda de pescado no crece

Durante las últimas semanas, a la sombra de gripe aviar, las acciones en Bolsa de Pescanova experimentaron una subida de casi el 20%, especulando con la posibilidad de un cambio en la demanda alimentaria. Aunque la venta de carne de pollo ha caído un 8%, ello no se ha traducido -ni se espera que se produzca- en un aumento del consumo de pescado. La razón hay que buscarla en los precios elevados de los productos de la pesca frente a la avicultura.

El precio medio de un kilo de pollo es de 3,41 euros frente a los seis euros de un kilo de pescado, lo que dificulta cambios en la demanda
La acuicultura es la salida para aumentar la oferta de pescado, pero los precios de venta no suponen rebajas sobre las capturas en la mar

"Hasta la fecha", señalan fuentes del grupo, "no se ha notado una mayor demanda de pescado coincidiendo con las noticias sobre la gripe y el descenso en la demanda de ese tipo de carne. No descartamos que se pueda producir un cierto trasvase de consumidores, pero nunca con carácter masivo. En primer lugar porque el pescado, en su conjunto, tiene unos precios elevados como para ser alternativa al pollo. En el caso concreto de Pescanova, porque tenemos una posición marquista en el mercado, lo que supone una dificultad añadida para incorporar a esos consumidores".

Según los datos manejados por el Ministerio de Agricultura, los precios medios de las carnes en 2005 fueron de 5,92 euros por kilo, con una cifra máxima en el ovino de 8,85 euros/kilo, y la cota más baja en los productos de casquería, con 2,97 euros/kilo. El precio medio del pollo en el mismo periodo fue de 3,41 euros. Frente a estas cifras, el precio medio de los productos de la pesca fue de 6,47 euros/kilo, con un precio para los pescados frescos y congelados de 6 euros/kilo. De acuerdo con estas cotizaciones, en la empresa gallega ven difícil que el consumidor clásico de pollo vaya a duplicar sus gastos en alimentación adquiriendo pescado.

España ya es en la actualidad uno de los primeros consumidores de pescado en el seno comunitario, con una demanda media en conjunto de 37 kilos por persona y año entre pescados, mariscos y productos en conserva. De esa cifra, la demanda de los productos frescos es de 16 kilos y de 4,4 kilos de productos congelados. La merluza es el producto más consumido.

En conjunto, el consumo de los productos de la pesca supone una demanda anual media de 1,5 millones de toneladas. Frente a ese volumen los desembarcos de la flota suponen solamente una media de 1,1 millones de toneladas. Este déficit en el aprovisionamiento de productos de la pesca supone la necesidad de realizar anualmente importaciones de 1,6 millones de toneladas, tanto de los países comunitarios como Francia y el Reino Unido como desde terceros países, donde destacan Marruecos, Chile, Argentina o Angola, con los que no hay acuerdos comunitarios o tienen las restricciones más duras para la entrada de la flota española.

Esta situación del mercado español de los productos de la pesca, con una demanda muy superior a la oferta y la necesidad de buscar posibilidades de pesca y colocar barcos en otros caladeros, es algo que ya estaba en las previsiones del grupo Pescanova en los años setenta. La empresa gallega se ha caracterizado desde su constitución, en 1960, por adelantarse a los acontecimientos en el sector de la pesca.

En 1961 fue pionera con el desembarco en el puerto de Vigo de los primeros pescados congelados. A pesar de la política del Gobierno español de suscribir acuerdos con diferentes países para colocar parte de la flota excedentaria y lograr un aprovisionamiento de pescado, el grupo gallego fue por delante con la constitución de sociedades conjuntas en los países con los caladeros más importantes.

Fruto de esta estrategia y de una apuesta que llevó al grupo a un elevado endeudamiento, hoy Pescanova es la quinta empresa pesquera mundial, detrás de cuatro firmas japonesas, con una facturación de casi 1.000 millones de euros. La firma gallega dispone de 120 barcos colocados en parte de los caladeros más importantes, con sociedades en una treintena de países, entre los que destacan Australia, Namibia, Chile, Argentina, Uruguay, Malvinas y Mozambique.

La acuicultura como salida de futuro

El más de centenar de barcos de la flota de Pescanova y sus posibilidades para faenar como empresas mixtas en algunos de los caladeros más importantes del mundo suponen para el grupo la posibilidad de capturar unas 100.000 toneladas, la mayor parte de las cuales se comercializa en el mercado español.

Sin embargo, las dificultades en aumento para aumentar las capturas y el crecimiento de la demanda llevaron al grupo en la última década a iniciar fuertes inversiones en la acuicultura, tanto en el exterior como en España. En la actualidad, la producción de pescado del grupo en granjas ya supone unas 50.000 toneladas, y la previsión es que siga aumentando su peso en el conjunto de la oferta de Pescanova.

Hasta la fecha, las inversiones más importantes se han centrado en Chile y Argentina, fundamentalmente, para la producción de salmón. En España, a las inversiones ya hechas en los últimos años se sumará otra inversión de 50 millones de euros prevista en Galicia para la producción de rodaballo. La acuicultura supone una salida en volumen a la creciente demanda de productos de la pesca, pero hasta la fecha no ha supuesto una rebaja de los precios como alternativa a las carnes baratas.

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