Las líneas borradas de la historia
Los afectados del 3 de marzo llevan tres décadas esperando que la verdad venza a la versión oficial
Las víctimas del 3 de marzo de Vitoria llevan 30 años esperando que la historia cuente toda la verdad. Sin ningún tipo de compensación judicial ni resarcimiento económico, los afectados por una actuación policial que marcó profundamente la historia social y laboral de la Transición aspiran a que lo que realmente sucedió en la capital alavesa aquel día se asome a los libros y documentos oficiales. Agrupados en la Comisión de Víctimas del 3 de Marzo, aseguran que la memoria de los cinco muertos y los más de 150 heridos de bala se merece una reivindicación.
Tras varios meses de huelga en demanda de aumentos salariales, el 3 de marzo era jornada de paro general. Cientos de trabajadores que se reunieron en asamblea en la iglesia San Francisco de Asis, de Zaramaga, fueron tiroteados cuando escapaban de los gases lacrimógenos que la policía arrojo al interior del templo.
La ley de Memoria Histórica recuperará lo que pasó aquel día en la capital alavesa
La versión oficial, recogida en la sentencia de un tribunal militar, es que la policía hizo uso de la "legítima defensa para responder a una agresión de los trabajadores". La justicia militar reconoció que se trataba de "homicidios", pero archivó el caso al no encontrar culpables.
Sin embargo, las dificultades para reescribir las líneas borradas de la historia son muchas. El diputado socialista Ramón Jáuregui explica que una revisión penal es imposible, ya que la Ley de Amnistía impide revisar judicialmente los hechos anteriores a 1977. Sin embargo, el Gobierno central trabaja en una ley sobre la Memoria Histórica, que estará preparada para mediados de 2007. En ese texto habrá un reconocimiento simbólico de las víctimas del "tardofranquismo", que recibirán compensaciones económicas. Uno de los informes preparatorios recogerá los sucesos de Vitoria, además de otros episodios de esos años que afectaron a otro centenar de víctimas.
Para el historiador Antonio Rivera "no se ha hecho historia" de aquellos sucesos, a pesar de la trascendencia que tuvieron para sentar las bases de las modernas relaciones laborales, al cuestionar el sindicalismo vertical y acelerar el final del "franquismo sin Franco". De 1973 a 1975 se perdieron 1,5 millones de jornadas laborales en conflictos. En 1976 fueron 12 millones. La inflación se situó en el 20%, y el pan subió el 40%. De 300.000 parados en 1973 se pasó al millón en 1976.
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