La última versión de las llamadas de Mazón en la dana reincide en su polémica ausencia del centro de emergencias en las horas clave
El presidente valenciano dice ahora, 50 días después de la tragedia, que contactó por WhatsApp con el responsable de la Diputación, tras revelarse que no hay registros de conversaciones en las facturas de los móviles de este


Las llamadas al presidente valenciano Carlos Mazón, del PP, cuando estaba en una larga comida el 29 de octubre, el día que se desató la dana, son un capítulo aparte en la polémica gestión de las inundaciones. Los dirigentes del PP han cambiado la versión de los hechos. O han ido ajustándola con “nuevos datos”, según fuentes cercanas a los populares. En cualquier caso, todas las versiones, incluida la reciente información aportada este mismo miércoles por el propio Mazón sobre sus llamadas, 50 días después de la tragedia, ponen de relieve la clamorosa ausencia del jefe del Consell del centro de emergencias (Cecopi), en unas horas clave en la toma de decisiones sobre una de las mayores catástrofes naturales de la historia de la Comunidad Valenciana.
El presidente de la Diputación de Valencia y del PP en la provincia, Vicente Mompó, anunció este miércoles, través de fuentes oficiales de la institución, que no tiene llamadas a Mazón registradas en ese fatídico día en que murieron 223 personas ni en las facturas de su teléfono oficial, ni en el personal, a pesar de que él mismo ha manifestado en diversas ocasiones que contactó con el jefe del Consell, al que llegó a instar a “tomar medidas”. Así lo reconocieron por la mañana las fuentes citadas a propósito de las facturas que el propio Mompó dijo en un pleno que estaba dispuesto a enseñar para demostrar que habían conversado con Mazón. En el programa televisivo Salvados, de La Sexta, del 8 de diciembre, aseguró que solía borrar las llamadas (y también las conversaciones de WhatsApp), lo mismo que había dicho a este periódico el 27 de noviembre en Massanassa.
La nueva versión apunta que el presidente de la Diputación sí habló con Mazón, pero fue a través del móvil de la que en ese momento era consejera de Justicia e Interior, Salomé Pradas, cesada el pasado mes por su gestión, cuando estaban ambos en el Cecopi convocado a las 17 horas, añaden las mismas fuentes. Insisten en que Mompó “siempre ha dicho que no hay nada que ocultar” y que Pradas le ha confirmado que mantuvo dos conversaciones con Mazón desde su teléfono sobre las 19 horas, cuando la presa de Forata corría el riesgo de rotura.
No obstante, horas después de que se revelara la inexistencia de registros en las facturas de los móviles, ha habido un nuevo giro en los acontecimientos sobre aquellas llamadas y horas clave. “Mazón le ha llamado [a Mompó] para confirmarle que, efectivamente, sí que hablaron por el teléfono de Salomé”, pero, además, ambos habían conversado con anterioridad por WhatsApp, motivo por el que no aparecen reflejadas las llamadas en las facturas, apuntan fuentes oficiales de la Diputación.
De este modo, Mazón confirma la versión inicial de Mompó, al asegurar que hablaron a las 17.48, tras no coger el segundo una llamada dos minutos antes. Fue una conversación breve, en la que Mazón dijo ser conocedor de que la situación era “complicada” y le pidió el teléfono del alcalde de Utiel, de Ricardo Gabaldón, del PP, siempre según las mismas fuentes y la nueva información de Mazón, que no ha mostrado su registro de llamadas ni ha explicado personalmente sus pasos aquella tarde. Tan solo ha esbozado una justificación a su demora por el tráfico denso que encontró para llegar al centro de Emergencias en la l’Eliana, pasadas las 19.30, y ha reiterado que estuvo en todo momento conectado con la consejera y otros responsables y que la información dada por la Aemet y la Confederación Hidrográfica del Júcar no era alarmante, a pesar de que la Agencia Estatal activó a las 7.30 el aviso rojo por lluvias torrenciales y no lo retiró hasta las 22. La alarma a los móviles de la población llegó sobre las 20.11, cuando ya había personas fallecidas y desaparecidas y muchas otras pugnaban por no ser arrastradas por el tsunami de agua, barro, cañas.
A la hora en que Mazón supuestamente llamó al alcalde de Utiel, el río magro ya se había desbordado hacía horas y ya había desaparecidos en la primera población anegada aquel día. En esa primera llamada entre Mompó y Mazón, el primero, “nervioso”, le transmitió al presidente que había que “tomar medidas”, según contó a los medios de comunicación el 22 de noviembre, tras un pleno que reunió a los alcaldes afectados. Ambos, volvieron a contactar por WhatsApp a las 18.27, según la información transmitida por el presidente valenciano.
Es la segunda vez que el presidente de la Generalitat hace una referencia con algún detalle a sus llamadas aquel día, tras revelar el pasado mes que a las 18.28, un minuto después, por tanto, de contactar con Mompó, llamó también por WhatsApp al alcalde de Cullera, el socialista Jordi Mayor, a quien en tono distendido le ofreció su número para lo que quisiera y no le transmitió ninguna alerta especial por la dana, según el primer edil. Mazón tampoco ha revelado con quién estaba cuando trabó conversación con un sorprendido Mayor, alcalde de la última población que se hubiera inundado por estar ubicada justo en el mar, en la desembocadura del río Júcar.
A través de una amiga, la periodista Maribel Vilaplana, con la que comió el presidente para ofrecerle dirigir la televisión valenciana, À Punt, según la versión de la Generalitat, ha asegurado en varias ocasiones que se separó de Mazón sobre las 17.45 horas de aquel 29 de octubre, más o menos, y que en ningún momento le transmitió preocupación por la situación de alarma. Desde poco antes de las 15 horas, habían compartido varios platos y una botella de vino en un reservado del restaurante El Ventorro, en el centro de Valencia.
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