Los protagonistas de febrero del 56 rememoran la revuelta estudiantil
Semprún, Pradera, Múgica y Tamames, entre otros, participan en un ciclo en la Complutense
"El frío, recuerdo el frío, los 10 grados bajo cero en la cárcel". Cuando ayer Javier Pradera entró en la Facultad de Políticas de la Universidad Complutense de Madrid se acordó del frío de aquel febrero de 1956, cuando con 21 años le detuvieron junto a otros compañeros acusados de la revuelta estudiantil y del manifiesto que, bajo el encabezamiento "Desde el corazón de la Universidad española...", se repartió el día 1 de ese mes y hacía un llamamiento para la convocatoria de un Congreso Nacional de Estudiantes. Siete días después, la Facultad de Derecho, en la calle de San Bernardo, fue asaltada por la Centuria 20 de la Guardia de Franco, una de las agrupaciones falangistas más agresivas de la época. Fueron rechazados y volvieron al día siguiente. Y al siguiente. Ese día, un falangista resultó herido de gravedad. Esa misma noche, fueron detenidos Miguel Sánchez Mazas, Dionisio Ridruejo, Javier Pradera, Enrique Múgica, Gabriel Elorriaga, Ramón Tamames y José María Ruiz Gallardón. En días posteriores aumentaron las detenciones -Fernando Sánchez Dragó y Julio Diamante, entre otros-. "Nosotros no intervinimos en los enfrentamientos de la Facultad de Derecho, ya no éramos estudiantes, sino licenciados. Fue un hecho fortuito del que nos acabaron inculpando", recordó Pradera.
Ayer, el escritor Jorge Semprún enmarcó política y socialmente aquellos sucesos claves en la lucha antifranquista en la inauguración de unas jornadas en la Universidad Complutense de Madrid, coordinadas por Antonio Elorza, que conmemoran los 50 años de aquel movimiento estudiantil, y que continuarán hoy y mañana. En primera fila, algunos de sus protagonistas, Javier Pradera, Enrique Múgica, Julio Diamante, Ramón Tamames, Fernando Sánchez Dragó, junto al anfitrión del acto, el decano de Políticas, Francisco Aldecoa... Detrás, apenas 40 estudiantes.
"El 56 fue un año excepcional por muchas razones", aseguró Semprún, que fue desgranando en una brillante intervención algunas de las claves internas y externas de aquel momento. El agotamiento del modelo "fascistoide", previo a la llegada al poder del Opus Dei y su liberalismo económico; la aparición de una oposición democrática tras años de clara hegemonía del PCE en la lucha antifranquista; los cambios en la Unión Soviética tras la muerte de Stalin tres años antes... Semprún, entonces responsable del aparato del PCE en España bajo el nombre de Federico Sánchez, fue analizando acontecimientos que él conoció y vivió de cerca. "En España, la crisis del 56 fue el comienzo de lo que más tarde se estructuraría como política de reconciliación nacional, algo que cambia por completo la estrategia anterior del PCE. Fue la unión de los hijos de los vencedores y los vencidos", añadió Semprún, que hizo una confesión llena de honestidad: "La mejor faena de mi vida ha sido la clandestinidad, desde el punto de vista de la adecuación entre medios y fines".
Semprún puso un final emotivo a su intervención recordando que unos y otros, independientemente de los caminos que cada uno haya seguido luego, construyeron un partido (el PCE) dentro de los límites de la clandestinidad con gran capacidad democrática y de discusión. "Había poetas, cineastas, profesores, profesionales... ¿qué se ha hecho de ese partido?", se lamentó.
Coincidiendo con estas jornadas, se ha reeditado el libro de Roberto Mesa Jaraneros y alborotadores, con los documentos sobre los sucesos de febrero del 56. Hoy será el turno de Julio Diamante, que hablará sobre Los orígenes del 56; Javier Pradera (Los hijos de los vencedores y los hijos de los vencidos) y Enrique Múgica, Defensor del Pueblo, sobre La primera rebelión estudiantil. Será por la mañana en la Facultad de Políticas, en el campus de Somosaguas.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.