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Reportaje:

Vida oculta en aguas piratas

Un grupo de investigadores describe dos nuevas especies de peces y 12 de algas en una montaña submarina del Caribe

Los piratas del Caribe pasaron entre los siglos XVI y XIX por encima de aquella montaña marina, situada entre Puerto Rico y las Antillas Holandesas. Pero es poco probable que hubieran echado el ancla para disfrutar de aquel tipo de tesoro: un refugio para centenares de especies de animales y plantas. De ellos, dos peces y una docena de algas desconocidas hasta ahora.

El descubrimiento lo han realizado en apenas dos semanas de inmersiones un grupo de investigadores marinos de la asociación Conservación Internacional, el Gobierno de las Antillas Holandesas y el Smithsonian Institute. Pertenecen a la misma organización que hace una semana publicó unos sorprendentes hallazgos en las montañas de Papúa (Indonesia). "Ha sido el resultado de mucho trabajo, y de mucha suerte", dice desde EE UU Paula Alvarado, portavoz de la expedición.

El atolón de Saba es una enorme montaña submarina que se encuentra en una de las zonas con más tráfico marítimo del mundo, en la ruta de los petroleros que entran y salen del Golfo de México. Otras expediciones ya habían estudiado el atolón. Por eso los resultados han sido aún más sorprendentes.

"Descubrimos una nueva especie, literalmente, cada día" dijo Michael Smith, director de la Iniciativa para la Biodiversidad Caribeña de Conservación Internacional. Las estrellas son dos gobios (Lythrypnus sp., un tipo de pequeños peces que viven en el fondo, escondidos en agujeros, esponjas o corales). Aparte de las novedades, los buzos han encontrado que la variedad de vida del atolón es cuatro veces la que se conocía.

El investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas Carlos Duarte mostró ayer su cautela ante los supuestos descubrimientos: "Un cálculo conservador nos indica que nueve de cada diez especies marinas siguen sin ser descritas, y cada año se descubren entre 3.500 y 4.000 organismos superiores", indica. Por eso, hasta que el resultado se publique en una revista, prefiere hablar de "supuestas" nuevas especies.

"Lo que está claro es que sabían donde buscar. Las montañas marinas son el lugar ideal para encontrar nuevas especies, ya que forman hábitats aislados en los que es fácil que se desarrollen endemismos", afirma. En lo que coinciden los exploradores y Duarte es en que debe darse al atolón la máxima protección.

Una vista del fondo marino
Una vista del fondo marinoCONSERVACIÓN INTERNACIONAL
Un tipo de góbido supuestamente descubierto en el atolón de la montaña submarina de Saba, en el Caribe.
Un tipo de góbido supuestamente descubierto en el atolón de la montaña submarina de Saba, en el Caribe.CONSERVACIÓN INTERNACIONAL

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