Zapatero pide al PP responsabilidad ante el "principio del fin" de ETA

"Estamos en unas circunstancias que me permiten tener la convicción de que puede empezar el principio del fin de la violencia". Así expresó ayer José Luis Rodríguez Zapatero su creencia de un próximo inicio del proceso de paz en Euskadi. En este escenario, Zapatero, tras denunciar los "obstáculos y mentiras" del PP sobre las excarcelaciones de presos de ETA, apeló a la responsabilidad de este partido para que se incorpore al consenso. No obstante, aclaró que si el PP sigue con esta estrategia, "las expectativas de paz no sólo no se verán perjudicadas, sino que se abrirá la autocrítica del PP".

El presidente del Gobierno convirtió su comparecencia en la Moncloa, con motivo del inicio del año parlamentario, en un pase a la ofensiva en defensa de la política antiterrorista del Ejecutivo frente a la campaña de descrédito que el PP ha protagonizado esta semana. El partido que preside Mariano Rajoy eligió como centro de ataque al Gobierno la salida de presos etarras de las cárceles por acumulación de penas, decidida por los jueces, en aplicación del Código Penal de 1973, para acusarle de "pagar un precio a ETA".

Zapatero apenas dedicó tiempo a estos ataques. Tras calificarlos de "mentira insostenible, inaceptable o intolerable", se encaró: "Cómo se puede tener la osadía de no respetar la verdad si el Código Penal de 1973 se ha aplicado siempre de la misma manera", en alusión a que todos los gobiernos, incluidos los del PP, así lo han hecho.

El presidente centró su comparecencia en expresar su convicción, de forma reiterada, de que estamos ante el "principio del fin de ETA" y a esa convicción vinculó el optimismo que se le atribuye. La basó en los casi tres años que ETA lleva sin matar; la percepción que el Gobierno tiene del "deseo y compromiso de paz de la inmensa mayoría de la sociedad vasca" y en "la información que el Gobierno dispone y administra con prudencia y discreción".

Apuntó que el inicio del proceso de paz en Euskadi dependerá de muchos factores, que lo administrará con prudencia, siguiendo las pautas marcadas por la resolución parlamentaria de mayo, y reconoció, como adelantó en su viaje a la ONU, en octubre, que el desarrollo del proceso será "largo, difícil y duro".

Reunión con Rajoy

Para llevar adelante este proceso, Zapatero apeló a la responsabilidad del PP para que se incorpore al consenso con el Ejecutivo, como ha pasado con Gobierno y oposición desde la transición con la lucha antiterrorista, y porque, ahora, "el final de ETA, del que hay expectativa objetivamente mejores, será de todos". Anunció que está entre sus objetivos volver a reunirse con Rajoy para hablar de política antiterrorista y "de la situación que podamos tener en un futuro". Pero no dijo cuándo.

Admitió que es "absolutamente razonable" que Rajoy quiera tener toda la información y recordó que "una parte, la que es posible" se la había suministrado en sus encuentros con él. Pero admitió que había perdido la confianza en Rajoy. "Para informar, hay que partir de un principio de confianza elemental, y ese principio hay que demostrarlo y se ha demostrado todo lo contrario, de manera singular, esta semana, con acusaciones muy graves, basadas en falsedades", en alusión a los ataques al Gobierno por la aplicación de los jueces del Código penal a los etarras encarcelados. "Corresponde al interlocutor establecer un principio de confianza", dijo.

Zapatero atribuyó la estrategia de utilizar el terrorismo por parte de Rajoy como arma central de oposición al Gobierno, y la contrastó con su actitud, como líder de la oposición, de apoyo a la política antiterrorista de José María Aznar. "Me siento con toda la autoridad moral para pedirle al PP el apoyo a la política antiterrorista de mi Gobierno como yo se lo di a Aznar", dijo.

Cumplimiento de penas

Recordó cómo, en su primer encuentro con Aznar, en julio de 2000, al ser elegido secretario general del PSOE, dijo al entonces presidente del Gobierno: "Nada me haría más ilusión que ver el final del terrorismo siendo tú presidente del Gobierno". Y cómo durante los cuatro años en que lideró la oposición a Aznar, no sólo no criticó las decisiones del Gobierno en política antiterrorista, sino que las respaldó todas.

También acudió a la memoria para contrastar cómo el PP ataca la política del Gobierno socialista, favorable a que se abra un proceso de paz en Euskadi, cuando "el PP negoció con ETA" mientras contaba con el respaldo de los socialistas, entonces en la oposición. Zapatero leyó algunas afirmaciones de Aznar del otoño de 1998, en la etapa de la tregua de ETA, cuando mostró su disposición a negociar con la banda. Citó: "Si los terroristas dejan las armas, sabré ser generoso" o "con la violencia no se consiguen ventajas partidistas, pero estoy dispuesto a ser generoso". En cuanto al cumplimiento de las penas de los terroristas, recordó, también, cómo Aznar dijo en aquella época, que "la ley se va a cumplir siempre, pero el espíritu tiene que ser abierto y generoso".

Tras esta argumentación, el presidente expresó su coincidencia con Aznar en sus afirmaciones del otoño de 1998, aseguró que el proceso de paz "no se va a ver alterado" por la actitud del PP y vaticinó que este proceso abrirá la "autocrítica y reflexión" en el seno de los populares si no cambian.