Hamás busca apoyos para un Gobierno de unidad nacional
Dirigentes del movimiento integrista palestino inician una gira por países árabes
Sin reconocer la legitimidad del Estado de Israel, Hamás capitaliza la vida política de los territorios palestinos. Una delegación del Movimiento de Resistencia Islámica comenzó ayer en Egipto una gira que conducirá a sus líderes a varios países musulmanes y árabes para recabar apoyo al Gobierno de unidad nacional que pretenden constituir. Al Fatah, por el momento, se niega a formar parte de ese Ejecutivo, pero cada día que pasa su rechazo es más matizado.
Jaled Meshal, líder de la organización islamista en el exilio y director de su departamento político, aterrizó ayer en El Cairo procedente de Damasco en compañía de su estrecho colaborador, Musa Abu Marzuq. Desde Gaza acudió Mahmud Zahar, uno de los jefes de Hamás en la franja. En la sede de la presidencia egipcia, país clave en cuanto acontece en los territorios ocupados, continuarán previsiblemente las negociaciones durante varios días. Mañana cumple un año el acuerdo que las milicias palestinas y el presidente Mahmud Abbas firmaron en Egipto para establecer una tregua frente a Israel.
Aunque Yihad Islámica y las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, brazo armado anárquico de Al Fatah, han roto ese alto el fuego, Hamás lo ha respetado y promete no quebrarlo si el Ejército israelí no ataca a sus militantes y dirigentes. El papel de El Cairo en ese pacto fue crucial. Y vuelve a ser vital su mediación para la formación del futuro Gobierno.
Los fundamentalistas no tienen interés en que se desate la violencia. Y su discurso político acompaña. "El actual reconocimiento de Israel lo llevó a cabo la OLP. Nosotros no podemos reconocer la legitimidad de la ocupación, pero que los palestinos tratemos con Israel es imprescindible", afirmó Abu Marzuq. "Nadie puede negar que existe. A veces no podemos movernos sin su permiso", ironizó el dirigente de Hamás, que añadió que el próximo Gabinete respetará los acuerdos firmados por la Autoridad Nacional Palestina (ANP), al tiempo que intentará modificarlos.
Meshal indicó que Hamás cooperará con "todos los partidos sin excepción para formar Gobierno". Al Fatah es el principal y casi único destinatario del mensaje. Su radical rechazo a ingresar en un Ejecutivo dirigido por el grupo islamista se modera. "Hasta el momento no existen contactos oficiales... Cuando el programa de Hamás se asemeje al de Al Fatah será posible negociar el asunto", comentó el diputado electo Azam Ahmed. No obstante, en una frase que revela las desavenencias en la formación aún gobernante, añadió: "Quien desee participar en el Gobierno tendrá que renunciar a su afiliación al partido".
Y mientras Hamás se afana en diseñar el Gobierno, la ANP trata de aliviar la coyuntura económica. El ministro de Economía, Mazen Sonnogrot, pidió ayer al Cuarteto -EE UU, UE, Naciones Unidas y Rusia- una ayuda de 251 millones de euros para evitar el colapso de la Administración.
Todo respaldo parece insuficiente para mejorar una economía desastrosa en los territorios ocupados. Muy tarde llega el apoyo que el primer ministro interino israelí, Ehud Olmert, ofreció ayer a Abbas. El jefe del Ejecutivo aseguró: "No tenemos interés en dañar al presidente palestino, a condición de que no coopere con Hamás". Pero Abbas no se ha apoyado en los islamistas durante su año de mandato y, sin embargo, el Gobierno israelí le ha dado la espalda. Constantes han sido las acusaciones de que "Abbas no es un socio para la paz" y de que rechaza desmantelar las facciones armadas. Sólo hace una semana Olmert decidió congelar el traspaso de las tasas -44 millones de euros- que su Gobierno recauda en nombre de la ANP.
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