"Es una inversión de futuro"
Miguel Navarro, de 35 años, es uno de los padres que ha decidido congelar la sangre del cordón umbilical de su recién nacido para conservar las células madre en caso de que éstas puedan servir para tratar posibles enfermedades de sus hijos en un futuro.
"Me enteré por un amigo de la existencia de empresas que se dedicaban a esto para posibles tratamientos en caso de tener alguna enfermedad como la leucemia, así que me dirigí a una de ellas llamada Crio-Cord", cuenta este gestor de patrimonios de 34 años. El pasado 22 de diciembre, el día de la lotería nacional, la mujer de Miguel, Beatriz, dio a luz a su segundo hijo, Jaime. "Meses antes habíamos pagado unos 1.200 euros a la empresa. Aunque no tengo mucho poder adquisitivo pensé que me lo podía permitir y que merecía la pena. Enviaron un kit para la extracción de la sangre y una doctora se encargó de ello. Ahora las células madre están en un banco de Bruselas", comenta.
Miguel dice que conoce las lagunas que existen en el tema de la sangre congelada pero considera que su previsión merece la pena. "Es cierto que todavía hay muchas cosas por descubrir en este tema. Si me he gastado el dinero y mis hijos no necesitan un trasplante de células madre, pues mejor. Pero si lo necesitan y yo conservo todavía esas células, entonces me alegraré de haberlo hecho". "Asumo que no estoy invirtiendo en algo seguro. Es una inversión de futuro que depende de lo que la ciencia avance", explica Miguel.
Miguel y Beatriz, ambos creyentes, no ven ningún problema ético en la conservación del cordón umbilical y se muestran sorprendidos por la polémica que se ha levantado en torno a los bancos privados. "No entendemos qué problema hay en conservar las células madre de tu hijo. Como si quieres conservar el pelo", concluye.
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