Acaban las Marchas de la Resistencia
Las Madres de la Plaza de Mayo destacan el cambio político en Argentina
Las integrantes de la Asociación Madres de Plaza de Mayo caminaron ayer por última vez durante 24 horas alrededor de esa histórica plaza de Buenos Aires. Fue la despedida de las Marchas de la Resistencia, que cada año y durante todo un día se venían celebrando desde 1981. Aquella vez, las madres de desaparecidos en la última dictadura militar de Argentina (1976-1983) se movilizaron contra el régimen que encabezaba Roberto Viola. Ayer, una parte de ellas abandonó esta peregrinación anual, aunque seguirá con las rondas silenciosas de cada jueves alrededor de la Plaza Mayo, como lo vienen haciendo desde hace 1.500 semanas, desde hace casi 29 años.
"Ya no tenemos un enemigo en la Casa de Gobierno", fue la explicación que la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, esgrimió para interrumpir las Marchas de la Resistencia. Se refería al presidente Néstor Kirchner. "Habíamos ansiado este momento político y nosotras necesitábamos hacer un gesto", declaró Bonafini a EL PAÍS, mientras daba vueltas a la Pirámide de Mayo, cubierta por las fotos de algunos de los 30.000 desaparecidos y por los tradicionales pañuelos blancos con la inscripción Resistir es combatir. "Kirchner nos abrió las puertas de la Casa Rosada, derogó las leyes de obediencia debida y punto final -que habían interrumpido los juicios a los militares en el gobierno de Raúl Alfonsín (1983-1989)-, sacó las fotos de Videla que adornaban varios cuarteles, dijo que va a cambiar los planes de estudio de la Escuela Militar, dijo que nosotras éramos sus madres", alegó Bonafini, que descalifica la actuación de los anteriores presidentes democráticos.
"Habíamos ansiado este momento y necesitábamos hacer un gesto", afirma Hebe de Bonafini
Un puñado de mujeres comenzó a movilizarse en silencio en la Plaza de Mayo el jueves 30 de abril de 1977 para reclamar por el paradero de sus hijos. Unas 70, rodeadas por 300 policías, protagonizaron el 10 de diciembre de 1981 la primera Marcha de la Resistencia, con la que pretendían finalizar el año con un rechazo a la dictadura. "La represión seguía, pero había menos", recordó Sara Mrad, una de las menos de 20 mujeres que portaban ayer a las once de la mañana el pañuelo de las Madres. Mrad, de 54 años, con una hermana y un cuñado desaparecidos, caminaba junto a un centenar de personas, algunos de su edad, otros con niños y la mayoría jóvenes. Mrad explicó otro motivo para la suspensión de las marchas anuales de 24 horas: "Las Madres están muy avanzadas en edad. La mayoría tiene alrededor de 80 años -Bonafini, 77-. Y las Madres decimos que si no podemos marchar, no podemos decir a los otros que marchen". Algunas de ellas caminaban con bastón o bajo un paraguas que las protegía del sol del verano austral. En toda Argentina, viven todavía más de 400 Madres. En la Plaza de Mayo se habían montado más de diez tiendas de campaña para ellas y sus seguidores. La asociación tenía sus puestos de souvenirs, libros y choripanes. También se emplazaban los de organizaciones sociales -algunas afines al Gobierno de Kirchner-, partidos de izquierda y movimientos de obreros que recuperaron fábricas cerradas en la última crisis de 1998-2002. Cantantes populares, como León Gieco, Víctor Heredia y Teresa Parodi, amenizaron anteanoche la marcha que se inició a las seis de la tarde del miércoles, con los acordes de La Internacional, y finalizó ayer a esa misma hora. Otras asociaciones de derechos humanos, como la Línea Fundadora de las Madres de Plaza de Mayo y las Abuelas de Plaza de Mayo, no se adhirieron a la decisión de terminar con las Marchas porque consideran que la lucha continúa.
Bonafini, la presidenta de las Madres de la Plaza de Mayo, destaca el cambio político en toda Latinoamérica: "Con Fidel, Chávez, Lula, Tabaré, Bachelet. Si no los vemos, es que estamos ciegos. Hay que defenderlos".
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