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La feria de moda Bread & Butter recibe 45.000 personas

"El eje Norte-Sur está funcionando muy bien", afirma el presidente del certamen

Ana Pantaleoni

Más de 45.000 personas han pasado por Barcelona para conocer las últimas tendencias en moda urbana. Y todo gracias a Bread & Butter, la feria profesional de tendencias de más éxito en Europa que, con esta segunda edición que finalizó ayer, consolida la ciudad como su sede alternativa. Bread & Butter volverá en julio a Barcelona y seguirá haciéndolo de forma indefinida, según anunciaron, con un área de moda infantil y una pasarela.

"Hay que salir y ver el mundo", decía un alemán ayer a media mañana sentado frente al pabellón de la Fira de Barcelona que lleva por título Denim Fashion. Montjuïc fue durante tres días un hormiguero de profesionales y compradores de moda llegados de todos los puntos del planeta. Con un sólo objetivo: encontrar lo último en moda urbana entre más de 700 firmas de ropa y complementos, de 35 países.

En Bread & Butter no existe media de edad, ni visitante tipo, ni un sexo dominante. El único baremo es la inquietud, y algo de estilo para lucir un gorro fucsia o unos calentadores rotos. El negocio está en los contactos y el intercambio de teléfonos; después, una vez en la oficina, se cierran los pedidos.

Bread & Butter se celebra dos veces al año en Berlín y en Barcelona, aunque la organización no excluye abrir nuevas sedes en Estados Unidos o Japón.

"En Barcelona, el 70% de los visitantes son extranjeros. Viene gente de todo tipo, sobre todo hay una nueva tipología de tiendas muy orientadas al fashion denim", explica Llorenç Fluxà, cuarta generación de Camper.

La presencia de marcas españolas se ha hecho notar en esta edición al superar el centenar. Es el caso de Flag, una firma de Menorca que se presentó al mundo en Bread & Butter con una colección de hombre y mujer inspirada en esa tranquila isla.

Los recién llegados se mezclan sin problemas con otras empresas reconocidas, otra de las singularidades de esta feria de moda. Aquí los complementos lucen como protagonistas: una enorme pared rosa recogía decenas de escapularios. Pertenecen a la firma Escapulario, que interpreta a su manera los elementos tradicionales de la joyería.

La competencia, más que en pagar a la mejor modelo, está en mostrar el expositor más creativo o el producto más novedoso. Hay quien presenta la ropa interior en bandejas plastificadas y envueltas como si fuera sushi. Otros se atreven con la tecnología. Mojado en un gigantesco rectángulo de agua, se podía apreciar el modelo de Levi's RedWire, que incorpora un mando en el bolsillo relojero para cambiar las canciones y controlar el volumen de un iPod.

"El eje Norte-Sur está funcionando muy bien", explica el presidente de la feria, Karl-Heinz Müller. "Aquí tenemos todo lo que necesitamos".

Modelos de GURU (izquierda) y de Custo.
Modelos de GURU (izquierda) y de Custo.REUTERS / MARCEL· LÍ SÁENZ
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Sobre la firma

Ana Pantaleoni
Redactora jefa de EL PAÍS en Barcelona y responsable de la edición en catalán del diario. Ha escrito sobre salud, gastronomía, moda y tecnología y trabajó durante una década en el suplemento tecnológico Ciberpaís. Licenciada en Humanidades, máster de EL PAÍS, PDD en la escuela de negocios Iese y profesora de periodismo en la Pompeu Fabra.

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