Olmert promete seguir la estela de Sharon
El primer ministro interino de Israel asegura que continuará negociando con los palestinos
El primer ministro interino israelí, Ehud Olmert, compareció ayer en público por primera vez desde que Ariel Sharon sufriera un derrame cerebral que le mantiene en coma desde hace dos semanas. Su objetivo era fijar sus prioridades: organizar la lista electoral de Kadima, el partido fundado en noviembre por el líder enfermo, ante los comicios del 28 de marzo. Respecto al moribundo proceso de paz con la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Olmert no cambiará una coma de las directrices dictadas en su día por Sharon: sin desarme de las milicias palestinas, no habrá negociación.
Olmert no ocupa todavía la oficina dejada vacante por el ex general. Prefiere seguir en su despacho de ministro de Finanzas y se prodiga en muestras de veneración hacia Sharon, al que siguió sin vacilación a Kadima. Como no duda en continuar aplicando escrupulosamente las medidas emprendidas por su predecesor.
Quien fuera alcalde de Jerusalén de 1993 a 2003, promotor de la expansión de los asentamientos que rodean la ciudad santa, que reducen la eventual capital palestina a unos pocos suburbios, aseguró: "Estamos comprometidos con la Hoja de Ruta, pero exigimos a la ANP que desarme a las milicias como condición para reanudar las negociaciones de paz para alcanzar un acuerdo permanente... Espero que después de las elecciones palestinas y de las israelíes pueda ser capaz de abordar la negociación". Olmert señaló, obviando la presión ejercida por EE UU, que permitió a los palestinos de Jerusalén Este votar en los comicios palestinos para que el presidente Mahmud Abbas no disponga de ningún pretexto para incumplir su compromiso sobre el desarme de las facciones palestinas después de las elecciones.
Olmert rechazó responder a la pregunta de si planea nuevos desmantelamientos de colonias en Cisjordania. Pero conocidos sus antecedentes -reclamó antes que el propio Sharon la evacuación de algunos asentamientos-, es de prever que se proponga llevar a cabo alguna retirada de cierta envergadura sin contar con un acuerdo con la ANP, como sucedió en la franja de Gaza el verano pasado.
Ninguna de las partes cumple los compromisos asumidos en la Hoja de Ruta, el plan de paz nacido en 2002 y promovido por EE UU, la UE, Naciones Unidas y Rusia, que preveía el establecimiento de un Estado palestino a finales de 2005. Abbas parece incapaz de desarmar a las milicias, temeroso de provocar una guerra civil. Pero el Estado judío tampoco obedece la Hoja de Ruta. La expansión de las colonias que rodean Jerusalén es constante y la construcción del muro de más de 600 kilómetros que separa Israel de la Cisjordania ocupada sigue imparable.
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