Bachelet y el conservador Piñera se disputan los votos del centro

Los dos candidatos se enfrentan hoy de nuevo para dirimir quién sucederá el 11 de marzo al presidente Ricardo Lagos. El sistema de elección a dos vueltas fue instaurado por la Constitución de 1980, promulgada por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Diseñado para evitar que llegara al Gobierno alguien como el socialista Salvador Allende en 1970, con el 36% de los votos y una ratificación en el Congreso, la segunda vuelta se ha transformado en una batalla entre el centro-izquierda y la derecha. Si se cumplen los vaticinios de las encuestas, dejaría hoy en la presidencia a la socialista Michelle Bachelet.

La contienda electoral elimina matices y sitúa junto al oficialismo a todos los que, siendo opositores del Gobierno como los comunistas, rechazan más a la derecha por el recuerdo de la dictadura que al centro-izquierda moderado. Para intenta remontar en las encuestas, Sebastián Piñera, el candidato de la derecha, ha tratado de conquistar votos del centro durante la campaña de la segunda vuelta, sin perder los de los grupos pinochetistas. Seis puntos separan a los candidatos.

Temor al machismo

El ex ministro Sergio Bitar, que ha dirigido la campaña de Bachelet en esta etapa junto al senador Andrés Zaldívar, sostiene que los ejes han sido dos. Por una parte, mostrar la fuerza de la coalición gobernante, que "reúne a las dos grandes corrientes, la socialdemocracia y la democristiana, en los gobiernos con más éxito de la historia, dejando atrás sus diferencias del pasado". Por otro lado, despejar los temores de que una mujer presida el país, basado en el machismo presente en algunos sectores, y que Bachelet sea separada, aunque haya formado una familia, algo que la derecha ha resaltado en la campaña.

El pasado de la candidata socialista -sus padres y ella misma fueron víctimas de la dictadura de Pinochet- "es dolor, fuerza y esperanza al mismo tiempo", afirma Bitar, quien también fue prisionero del régimen militar. Afirma que Bachelet muestra "una tremenda fuerza al haber superado la muerte, la adversidad y la tortura", y generosidad, al "construir un país en que a nadie se violan los derechos como a nosotros, lo que al proyectarse la gente lo percibe como convicción y grandeza".