Los cultivos transgénicos crecen un 11% y ocupan ya 90 millones de hectáreas
Francia y Portugal reanudan las plantaciones de maíz modificado genéticamente
En 10 años, los cultivos de plantas transgénicas han alcanzado las 90 millones de hectáreas. En total, 21 países permitieron en 2005 su siembra, cuatro más que en 2004. Entre los nuevos figuran tres de la UE: Francia y Portugal -que reanudan la siembra de maíz modificado tras una suspensión- y la República Checa. El cuarto es Irán. Estados Unidos, con más de la mitad de la superficie del mundo dedicada a estas plantas, es el país donde los transgénicos se enfrentan con menores obstáculos. España ocupa el puesto 14 de la lista, con 100.000 hectáreas de maíz.
Las sospechas y las críticas no frenan el avance de los cultivos de plantas modificadas genéticamente. El 60% de la superficie dedicada a estas plantas lo ocupa la soja (54,5 millones de hectáreas), seguido del maíz (21,2 millones) y el algodón (9,8 millones), según el estudio que realiza cada año el Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agro-biotecnológicas (ISAAA en sus siglas en inglés).
Las plantas transgénicas son variedades a las que se introducen genes que las hacen más resistentes a los herbicidas, a las plagas o a ambos a la vez. Esta modificación es criticada por los grupos ecologistas, que temen que estos factores de propaguen en la naturaleza, alterando el medio ambiente.
El proceso tendría dos líneas: al hacer selectivamente que unas plantas sean más resistentes a los herbicidas, los agricultores pueden usar cada vez productos químicos más potentes, lo que eliminaría las plantas de alrededor de los cultivos. Por otro lado, la lucha contra las plagas puede alterar la existencia de insectos que son base de la cadena alimentaria.
Más de la mitad de la superficie dedicada a transgénicos está en Estados Unidos (49,8 millones de hectáreas), principal defensor y productor de estos cultivos. Brasil -tercer productor mundial- ha sido el que más ha aumentado el territorio: de 5 a 9,4 millones de hectáreas.
De los 21 países que en el mundo permite este tipo de plantas, 10 son industrializados y 11 están en vías de desarrollo. El número de agricultores que ha optado por los cultivos transgénicos llega ya a los 8,5 millones, la mayoría en países pobres, según el informe (en 2004 eran 8,25 millones).
El informe del observatorio sobre biotecnología -una organización de la que forman parte agencias estatales, ONG y las principales agencias del sector- destaca que tres países de la Unión Europea han vuelto a plantar maíz transgénico. El líder en la región es España, con unas 100.000 hectáreas.
Francia y Portugal, que abandonaron estos cultivos hace cinco y cuatro año respectivamente, han vuelto a sembrar cantidades muy pequeñas, destinadas en gran parte a estudiar sus efectos en el medio ambiente y la posibilidad de aislar los terrenos para impedir la contaminación de otras plantas (la distancia de separación que se maneja es de unos 200 metros).
Precisamente a finales del año pasado la Unión Europea autorizó otros 14 tipos de maíz modificado para conferirle la resistencia a un insecto, llamado taladro del maíz. Estas plantas incorporan un gen que lleva las instrucciones para que se fabrique una toxina, llamada Bt, que envenena al insecto, lo que defiende los cultivos de esta plaga. Con estas últimas aprobaciones ya son 25 las variedades de maíz Bt autorizadas en la UE. Este tipo de maíz es el que ha empezado a plantar la República Checa. El otro país que ha comenzado a cultivar plantas transgénicas es Irán. En este caso se trata de arroz, también con el gen que genera la toxina Bt. Con ello se espera defender las plantaciones del ataque de varios tipos de insectos.
En el mundo se comercializan seis plantas transgénicas (variedades de soja, maíz, algodón, colza, calabaza y papaya), y se estudian otras como uvas, remolacha y patatas.
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