La nueva Pasarela de Barcelona se marca como objetivo la autogestión

La autogestión es el objetivo de la nueva Pasarela de Barcelona. Así lo aseguró ayer su presidente, Josep Maria Donat, en la presentación del evento, que se celebrará los días 18 y 19 de este mes en Barcelona 92, una sala anexa del Palau Sant Jordi. Eso sí, se trata de una previsión de futuro, porque su primera edición no habría sido posible sin la subvención de un millón de euros concedida por la Generalitat de Cataluña.

Donat no quiso dar más cifras, porque las cuentas están todavía abiertas. No obstante, avanzó que el coste de la Pasarela de Barcelona supera ya en 100.000 euros la cuantía de la ayuda pública. Una cantidad cubierta finalmente con las aportaciones de los propios diseñadores y de los patrocinadores de la cita, entre los que se encuentran la marca de cava Freixenet y la firma de cosméticos Lancôme. "El nuevo modelo de gestión consiste en trabajar con recursos propios y de los patrocinadores, pero todavía necesitamos el apoyo de la Generalitat", reconoció Donat.

La Pasarela de Barcelona sustituye a la de Gaudí, desmantelada por el Gobierno catalán porque no generaba riqueza económica ni tenía repercusión internacional. La cita coincidirá con la feria barcelonesa de moda urbana Bread & Butter. La organización, integrada por un comité de diseñadores, considera esta concurrencia una oportunidad y no una amenaza. Antonio Miró, Juste de Nin, Sita Murt, Mireya Ruiz, Josep Abril, Antoni Morral, Joaquim Verdú, Txell Miras, Javier Simorra, Peter Aedo, Guillermina Baeza y el mismo Donat, quien también preside la marca TCN, son los diseñadores que componen la junta organizadora. Sus colecciones serán además las protagonistas de buena parte de los desfiles, en los que también estarán presentes las firmas Custo Barcelona y Pinho Vieria, esta última bajo la batuta del portugués Nuno Gama.

La primera del calendario

Entre las ventajas de la Pasarela de Barcelona, Donat destacó una: "Abrirá mundialmente el calendario de los desfiles". Asimismo, quiso subrayar el esfuerzo, tanto humano como económico, que ha supuesto para los organizadores su lanzamiento. Sólo han tenido 45 días para encauzarla, y con las vacaciones navideñas por medio. "Pedimos excusas con antelación por los errores que se puedan cometer por las prisas", dijo Donat. "Posiblemente habrá alguna top model para darle mayor proyección, pero ésta es una decisión que corre a cargo de los participantes y su bolsillo", añadió.

Sobre algunas ausencias notables, como la de Lydia Delgado, el presidente de la Pasarela de Barcelona afirmó que es un evento "abierto a todos y con voluntad de continuación". "Lydia no está presente porque no habrá llegado a tiempo. En la actualidad, se presentan siete colecciones al año, incluso más. Por eso, los diseñadores deberemos ser cada vez más rápidos".

A la presentación de la pasarela también acudió el secretario general del Departamento de Comercio, Turismo y Consumo de la Generalitat de Cataluña, Alfons Garcia, quien se felicitó de la nueva orientación impulsada por los diseñadores. "Es importante que hayan entendido que esta iniciativa se debe generar y conducir desde el propio sector", dijo Garcia, y agregó: "El proyecto nace con un planteamiento empresarial desde el principio, y no sólo como un acontecimiento social y cultural. Su objetivo debe ser crear actividad económica y riqueza. Apoyamos este nuevo modelo y trataremos de darle continuidad".

Garcia avanzó que la Generalitat tiene previsto reforzar las ayudas al sector con la creación de una plataforma empresarial que promocione la vocación internacional de la moda catalana y la explotación del mercado estatal.

Entre los actos paralelos programados en esta breve entrega destaca la presentación de una revista de moda pensada para el móvil. La imagen corporativa del evento consiste en una letra b y una p que, unidas, dibujan una pasarela. Son de color negro y amarillo, como los taxis de la ciudad.