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Los gobiernos de Cataluña y Aragón anuncian un acuerdo sobre el litigio por las obras sacras

Un convenio establecerá que haya exposiciones itinerantes y temporales del arte

El litigio que enfrenta desde hace 10 años a las diócesis de Lleida y de Barbastro-Monzón por la propiedad de un centenar de obras de arte sacro puede entrar en una vía de solución si prospera la propuesta pactada entre Cataluña y Aragón y presentada ayer por la consejera de Cultura de la Generalitat, Caterina Mieras, al consorcio institucional del Museo Diocesano y Comarcal de Lleida. La mayoría de las piezas reclamadas por Aragón proceden de las 111 parroquias oscenses segregadas en 1995 por el Vaticano de la diócesis leridana.

La solución que propone Mieras consiste en la firma de un pacto de colaboración entre los dos obispados y los gobiernos de Cataluña y de Aragón que desencalle el conflicto y ponga el patrimonio artístico religioso al alcance de los ciudadanos de ambas comunidades mediante exposiciones itinerantes, conjuntas o temporales. La titular de Cultura se comprometió a que un posible acuerdo en esa línea no implicará la descatalogación de las obras ni romperá la unidad de las colecciones del museo diocesano.

Caterina Mieras explicó que el consorcio abre una línea de trabajo "valiente y coherente", basada en un espíritu de consenso y de colaboración institucional, con la voluntad manifiesta de encontrar "una nueva vía de solución que supere definitivamente la dinámica de enfrentamiento entre obispados, territorios e instituciones", al margen de los procedimientos canónicos y administrativos que están en curso para determinar la titularidad de las piezas.

La consejera de Cultura propone que se establezca una cooperación "abierta y sincera" entre los gobiernos de Cataluña y de Aragón, y los dos obispados enfrentados, mediante un convenio que fomente la colaboración de todas las partes en la conservación, el conocimiento y la difusión del patrimonio religioso de la antigua diócesis y de las comarcas vecinas de Lleida y Huesca. Esta nueva estrategia pretende también promover un mejor conocimiento de los valiosos fondos artísticos que se conservan en el museo leridano, teniendo presente que aquél no puede reducirse al centenar de piezas en litigio.

"A partir de hoy", afirmó Mieras, "quiero hablar de exposiciones conjuntas, de discursos museográficos que estén al alcance de todos, de colaboración y de itinerarios turísticos. Quiero hablar de paz, no de litigio. Lo que se abre es un marco de negociación y de ruptura de una etapa de conflicto y de desconfianza".

Según Mieras, las autoridades políticas y eclesiásticas de Aragón están de acuerdo con este planteamiento. Sin embargo, la consejera reconoció que para que este acuerdo pueda cerrarse será necesario el consentimiento explícito de todos los miembros que forman parte del consorcio del Museo Diocesano y Comarcal (Generalitat, obispado, Consejo Comarcal del Segrià, Ayuntamiento y Diputación de Lleida).

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Devolución

El presidente de la Diputación, el convergente Isidre Gavín, uno de los que siempre se han mostrado más críticos con la actuación de la Generalitat, señaló ayer que no vetará la propuesta de Mieras si no pone en peligro la unidad de la colección museística.

Para la consejera de Cultura aragonesa, Eva Almunia, el acuerdo para que se pueda difundir de forma conjunta el patrimonio es una forma de trabajo que "permite seguir apoyando de manera clara al obispado de Barbastro-Monzón en la búsqueda de la solución definitiva al litigio". En la comunidad de Aragón se da por sentada la devolución de las piezas y se entiende que el pacto es también una forma de paralizar recursos por la vía civil para evitar el retorno de las obras.

En Monzón se prepara ya una exposición, sin fecha, para cuando las piezas regresen. Mientras, se acondiciona el Museo de Barbastro, donde se instalarán de forma definitiva las 113 piezas atribuidas a Aragón.

Eva Almunia insiste en que del mismo modo que nadie discute de quién son esas obras de arte, tampoco debe discutirse que forman parte de un conjunto que durante años ha permanecido unido, y se trata de posibilitar que esa unidad se mantenga. Y una de las formas de plasmarlo es la edición conjunta de catálogos o la organización de exposiciones con fondos de ambos obispados.

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