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Un impostor pudo haber hablado con Morales fingiendo ser Zapatero

La relación entre el Gobierno español y el virtual presidente de Bolivia, Evo Morales, ha tenido un arranque propio de una comedia de enredo. Mientras el líder indígena asegura haber recibido la felicitación telefónica del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, tal y como cuenta en la entrevista y reiteró ayer en una conferencia de prensa, fuentes de Moncloa han desmentido que tal conversación se haya producido.

"Evo habló con Zapatero", asegura Walter Chávez, un cercano colaborador de Morales. "Yo estaba presente. La llamada duró como diez minutos. Le felicitó por su victoria electoral, hablaron sobre el anterior viaje de Evo a Madrid, sobre una llamada que recibimos de Felipe González durante la campaña... Zapatero le ofreció todo su apoyo y le invitó a España". En Moncloa, en cambio, aseguran que el presidente se enteró de la existencia de ese intercambio por los teletipos. Podría tratarse, dicen los funcionarios españoles, de un impostor.

"¿Impostor? Es muy raro", continúa Chávez. "El presidente le dijo a Evo que iba a dar instrucciones al canciller para que preparase la visita, y esta misma mañana nos han llamado Bernardino León [secretario de Estado de Exteriores] y el ministro Moratinos para organizar la agenda". Y esto está confirmado. "Bernardino León llamó al señor Morales para felicitarle, como siempre se hace con un candidato ganador, y en ese contexto trataron los temas habituales, entre los que estaba la posibilidad de un próximo encuentro", dice el embajador de España en Bolivia, Francisco Montalbán, abrumado por el embrollo.

Ultimátum

Además de con la llamada misteriosa, el virtual presidente de Bolivia ha estrenado su triunfo electoral con el ultimátum dado por sus organizaciones de apoyo para que atienda sus demandas, so pena de salir de nuevo a las calles.

La Central Obrera Boliviana (COB) y las Juntas Vecinales de El Alto -la ciudad dormitorio que controla los accesos a La Paz- han otorgado al nuevo Gobierno un margen de tres meses para hacerse con el control de los hidrocarburos y derogar los contratos con las petroleras. La Confederación de Maestros, por su parte, está dispuesta a esperar dos meses para que Morales les otorgue un aumento salarial del 20% y una "canasta familiar" (ayuda para manutención) de 6.000 bolivianos (casi 700 euros). La Confederación de Campesinos no ha puesto plazo, pero ha anunciado que estará pendiente de que "el hermano Evo les cumpla".

Si bien Morales resta importancia a los ultimátum, numerosos analistas ven en esta reacción un anticipo de los escollos que va a encontrar el nuevo Gobierno entre los sectores más radicalizados. Todos recuerdan la suerte del gobierno izquierdista de la Unión Democrática Popular, de Hernán Siles Suazo, que acabó sucumbiendo en 1985 a las exigencias de sus propias fuerzas.

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