Malos humos bajo la estufa
Un bar de Girona, con propietario fumador, se avanza a la prohibición de fumar en locales públicos pequeños
Menos humos, menos caja, más problemas burocráticos y más publicidad. Este podría ser el breve resumen de la iniciativa de un bar de la plaza de Catalunya de Girona -cuyo propietario se fuma un paquete de cigarrillos diario- que ha decidido avanzarse a la normativa antihumos y ha decido que en su local no se fuma; eso sí, ofrece a sus clientes fumadores la posibilidad de sentarse en su terraza exterior, al calor de una estufa para satisfacer sus deseos de inhalar y exhalar humo. La instalación del calefactor exterior, para el que no solicitó permiso, le metió en un embrollo burocrático con el Ayuntamiento del que, en principio, ha salido indemne.
El pasado 15 de septiembre, Raül Carrillo puso carteles en el local que advertían de que a partir del 1 de noviembre no se permitiría fumar en el interior de su bar, el Cafè Rex. La reacción de los no fumadores fue entusiástica; la de los fumadores, radicalmente negativa. "Tuvieron una reacción fatal. Se sintieron muy ofendidos y muchos me advirtieron de que no volverían a poner los pies en mi bar", explica Carrillo. El propietario calcula que ha conservado el 5% de los clientes fumadores, que acatan la prohibición o bien se sientan en la terraza.
Durante el primer mes, la caja le descendió a la mitad, aunque Carrillo asegura que la cosa va mejorando y no oculta que su decisión tiene una clarísima visión comercial. Su bar es bastante pequeño -de menos de 100 metros cuadrados- pero tiene una amplia terraza exterior con unas 100 plazas. Su idea es que los no fumadores se sienten dentro y los fumadores fuera.
Como tenía claro que la gente no está muy habituada a utilizar las terrazas en invierno, decidió incentivar su uso colocando, por las buenas, una estufa exterior. Esta decisión le metió en un berenjenal burocrático con el Ayuntamiento, que no preveía la posibilidad de instalar estufas exteriores en el casco antiguo de la ciudad. A los pocos días, una inspección le obligó a retirarla y le reclamaron que hiciera una petición formal. Ante la demora de la respuesta municipal, Carrillo incluso acudió a la defensora de ciudadano para reclamar amparo. Finalmente, le llegó la autorización. Su historia tuvo eco en los medios locales. Si primero le llamaban "el del bar que no deja fumar", ahora le llaman "el de la estufa". Como no hay mal que por bien no venga, los problemas de ser un pionero se han visto compensados por una publicidad extra. El consistorio ha decidido cobrarle la instalación de la estufa como si se tratara de una mesa más.
La iniciativa de Carrillo ha despertado el interés de otros restauradores de la ciudad, que ya han solicitado también la instalación de estufas. La Federación de Hostelería de Girona, que ayer mismo se reunió con Carrillo, se ha decidido a solicitar una clara regulación de la instalación de las estufas, que se dicten normas sobre su uniformidad y no descarta reclamar ayudas para incentivar su instalación. "Sabemos que en otras ciudades de España, en lugar de poner peros, se está ayudando a los locales a poner estufas exteriores para que muchos locales se decidan por no dejar fumar", advierte Carrillo, quien asegura que ya no tiene bastante con una estufa, que desgraciadamente se le estropeó a los pocos días de obtener el permiso, y ahora ya quiere siete.
Los hosteleros de Girona han constatado que muchos pequeños locales y bares desearían decidirse por la prohibición de fumar en su interior, pero no se atreven ante el temor a perder clientela.
El propietario del Cafè Rex está tan convencido de que las estufas pueden ser una buena opción para los fumadores que incluso ha convocado un concurso de fotografía en el que premiará con 100 euros las mejores fotos en las que aparezcan calefactores exteriores. De momento ya ha recibido en su correo electrónico (rexcafegirona@hotmail.com) unas 29 fotos de terrazas de Londres, Frankfurt, Amsterdam y Nueva York, que se exhibirán a partir de hoy en su establecimiento.
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