El Gobierno califica de "milagrosos" los efectos de su lucha contra la pobreza
La Administración apenas proporciona datos sobre su programa de asistencia social
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, suele presentar como uno de los mayores éxitos de la "revolución bolivariana" los programas de asistencia social, concretamente en los terrenos de salud, educación y alimentación. Ayer, después de votar, el líder venezolano se refirió una vez más a los planes sociales del Gobierno, cuyos resultados calificó de "milagrosos". Unos resultados que resultan muy difíciles de contrastar debido a la opacidad oficial a la hora de facilitar cifras de quiénes y cuántos son los beneficiados en la cruzada de Hugo Chávez contra la pobreza.
"Lo mejor que se puede decir de este Gobierno es que ha logrado identificar los problemas crónicos de Venezuela", señala el sociólogo Luis Pedro España, de la Universidad Católica Andrés Bello y especialista en temas de pobreza. Pero la política para combatir una situación endémica de exclusión social es otro cantar.
El fondo social de PDVSA, la petrolera estatal, que es de donde sale el dinero para los gastos operativos de los programas sociales, fue en 2005 de 3.500 millones de dólares (unos 3.000 millones de euros), de los 33.000 millones de dólares que en total aporta la petrolera al Estado. El año que viene serán 6.500 millones.
Con este dinero el Gobierno ha puesto en marcha las llamadas misiones, que llevan el nombre de próceres de la independencia y héroes de gestas históricas. La Misión Robinson, en sus distintas fases, está dedicada a la alfabetización y educación de adultos; la Misión Ribas, para estudiar bachillerato; la Misión Vuelvan Caras, para aprender un oficio; la Misión Barrio Adentro, de atención médica; la Misión Mercal, para mercados populares, o la Misión Miranda, que agrupa a los reservistas en un intento de crear la "unión cívico-militar".
Buena parte de las misiones tienen el sello cubano, especialmente Barrio Adentro. Los 30.000 médicos de la isla caribeña diseminados por toda Venezuela han puesto en pie una red de asistencia que, para muchos, es superior a la atención que brindan los hospitales públicos. Cuba ha tenido un papel determinante en el diseño de la política social de Hugo Chávez, que ha adquirido mayor perfil a partir del golpe fallido de abril de 2002 y el paro del sector petrolero.
Auditoria financiera
El problema para conocer los resultados de estas misiones es que ninguna organización independiente ha tenido posibilidades hasta ahora de auditar financieramente la labor del Gobierno. Nadie tiene estadísticas fiables, ni las propias autoridades. Las cifras más creíbles que manejan los especialistas apuntan que 200.000 familias (un millón y medio de personas) se benefician de los programas sociales promovidos por el Gobierno. La forma de enrolarse es voluntaria, puede inscribirse cualquiera. Cobran un sueldo diario, unos 20.000 bolívares (7,5 euros).
"Cuando pides información al Gobierno, te dicen cuál es su meta: 5 millones. Te dan vaguedades que no te sirven de nada", explica el investigador Luis Pedro España. El Instituto de Investigaciones Económicas que dirige este sociólogo ha conseguido financiación para llevar a cabo un estudio sobre el terreno para determinar la cobertura de las misiones.
Los datos que manejan quienes investigan, sin colaboración oficial, el estado de la pobreza en Venezuela, indican que los pobres no reciben ni más ni menos que en anteriores gobiernos. En términos de pobreza, Venezuela está igual que cuando Chávez llegó al poder en 1999, es decir, el 55%. La mitad de los niños no van al preescolar, la tasa de mortalidad infantil es de 23 por 1000 nacimientos; mueren 23 madres por cada 10.000 nacimientos.
Con las misiones alfabetizadoras, unas 200.000 personas pasaron de ser activos a inactivos. Eran trabajadores ambulantes, que, con las becas de las misiones, se han convertido en estudiantes. Las becas de las misiones de educación media son de 100 dólares, que equivale a los ingresos mensuales de un vendedor ambulante de la calle (buhonero).
El andamiaje de la política social del presidente Chávez se sostiene gracias a los suculentos ingresos petroleros. Si el precio del crudo cae tendrá problemas de déficit fiscal, aunque le quedará oxígeno porque mantiene una capacidad de endeudamiento en el exterior. La deuda externa venezolana, 23.000 millones de dólares, la paga con las reservas internacionales, que superan los 30.000 millones de dólares. La conclusión de Luis Pedro España no es muy optimista: "Han diseñado una política para pobres que ha terminado siendo una pobre política".
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