Chávez afronta una escasa participación
Los primeros datos de las autoridades electorales apuntaban una afluencia inferior al 25%
La elevada abstención fue, sin duda, la nota dominante de las elecciones legislativas celebradas ayer en Venezuela, en ausencia de la mayoría de partidos de oposición. La retirada unilateral de las fuerzas antichavistas por considerar que no había garantías de limpieza electoral dejó los centros de votación semidesiertos, pese a los esfuerzos del Ejecutivo. Los datos que manejaban anoche, de forma oficiosa, tanto las autoriades electorales como los observadores extranjeros señalaban una participación de entre el 20% y el 25%. Ni el llamamiento a las urnas realizado por el presidente venezolano, Hugo Chávez, ni la ampliación del plazo para votar decretada por Consejo Nacional Electoral (CNE) tuvieron efecto en la población.
Ni en el colegio donde emitió el sufragio el presidente Chávez había colas de electores
Los datos iniciales que se filtraban en el entorno gubernamental revelaban una participación de alrededor del 30%, pero el porcentaje iba disminuyendo a medida en que avanzaban las horas, sin que hubiera información oficial. De confirmarse, estos resultados colmarían las aspiraciones de las fuerzas opositoras, que apostaban por una abstención cercana al 80%.
Un recorrido por distintos barrios chavistas y de la oposición en Caracas permitió comprobar la escasa presencia ciudadana en los centros de votación. Ni en el colegio donde emitió el sufragio Chávez había colas de electores. Quienes aguardaban al presidente eran en periodistas y partidarios del líder venezolano.
El Gobierno se esforzó hasta el último minuto para contrarrestar los efectos del boicoteo a las elecciones decidido esta semana por los grandes partidos de la oposición. Las proclamas políticas abundaron durante toda la jornada en la cadena oficial de televisión. No fue el único detalle original para un día de elecciones, en el que formalmente está prohibido hacer campaña. El presidente Hugo Chávez pasó más de una hora en el centro de votación. En un estrado habilitado ante una decena de cámaras de televisión, el presidente pronunció un discurso y contestó preguntas como si se tratara de una conferencia de prensa.
Chávez no pidió abiertamente el voto para el oficialista Movimiento Quinta República (MVR), pero habló de muchos más temas que de la tranquilidad de la jornada, del tiempo o de la participación. Chávez advirtió a los partidos opositores Acción Democrática (AD) y Copei que con su actuación no sólo podrían quedar ilegitimados, sino "incluso ilegalizados". No precisó porqué. Reconoció, sin embargo, que la Constitución garantiza el derecho a la abstención y que el voto no es obligatorio en Venezuela.
Poder perpetuo
El mayor temor después de esta jornada electoral es que, con un Parlamento monocolor, Chávez sienta la tentación de modificar la Constitución a su antojo, especialmente en lo que se refiere a la reelección presidencial para perpetuarse en el poder. La Carta Magna contempla dos mandatos sucesivos, pero el líder venezolano ha insinuado en varias ocasiones sus intenciones de cambiar las reglas del juego.
"Dije hace unos meses que era necesario hacer algunos cambios en la Constitución, ya llevamos seis años y conviene hacer algunos ajustes. Pero esperemos", manifestó ayer.
Una periodista de un medio próximo al chavismo preguntó al presidente: "¿Qué vamos a hacer si el Gobierno de Bush y sus halcones llaman a desconocer estas elecciones". La respuesta: "Gracias por esta pregunta. Si Míster Danger y su Gobierno imperialista hace eso, creo que el mundo se reirá del imperio. Todos saben que aquí está en marcha una verdadera democracia". Tampoco las iglesias registraron una asistencia masiva, como pretendía la organización opositora Súmate, que pidió acudir a los templos para rezar y expresar en un clima de paz y recogimiento el rechazo a una elecciones cuestionadas. Fue una jornada atípica, con las calles poco concurridas. Bajo un cielo plomizo y una lluvia que no cesó, los venezolanos prefieron quedarse en casa después de una semana muy tensa.
Los miembros de Súmate denunciaron anoche varias la existencia de irregularidades en los comicios, como la "doble votación" y las coacciones en barrios y comunidades para obligar a la gente a que fuera a votar. "Ha habido gente que salía de los centros sin llevar la marca de la tinta en sus dedos", indicó Alejandro Plaz, uno de los dirigentes del grupo.
Traslado de votantes
Súmate también recibió denuncias del uso de vehículos por parte de las autoridades para recoger a los votantes y llevarlos a los centros de sufragio.
El secretario general del partido opositor socialdemócrata Acción Democrática (AD), Henry Ramos Allup, calificó de "alta" la abstención, al tiempo que alertó sobre las presiones de las autoridades para instar al voto. "Es insólito que con esta ausencia de electores vengan a decir que alargan la votación", dijo Allup en el canal privado Globovisión, en referencia a la decisión del Consejo Nacional Electoral de ampliar el horario de apertura de los centros de votación debido a las fuertes lluvias que afectaban algunas zonas del país.
Pese a las dudas que generan el sistema de electrónico de votación, los pequeños partidos de oposición que sí fueron a las urnas reiteraron sus críticas a la retirada. Varios votantes del Movimiento al Socialismo (MAS) en el barrio caraqueño de Altamira no ocultaban su pesimismo ante el escenario político que se avecina en Venezuela, con una Asamblea Nacional de color chavista. "Teníamos que seguir en la carrera electoral para hacernos oír, aunque seamos pocos en la Cámara", decía uno de los electores del MAS. "Ahora no nos podremos quejar. Le hemos dejado el camino libre a Hugo Chávez".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.