Vicente Verdú define el 'personismo' como revolución cultural
Publica un ensayo sobre el cambio social
El escritor Vicente Verdú (Elche, 1942) ha inventado el término personismo para definir "las relaciones entre personas como degustaciones parciales y sin compromisos profundos". Los cambios personales y sociales los analiza en el libro Yo y tú, objetos de lujo (Debate, www.editorialdebate.com), que tiene como subtítulo El personismo: la primera revolución cultural del siglo XXI. "Entramos en una época distinta, que ya presagiamos", declaró.
El nuevo ensayo de Vicente Verdú se refiere a una "sociedad occidental y urbana cuyos modelos se están trasladando a todo el mundo a través del proceso de globalización". La cultura "de otra naturaleza" ocupa las páginas de Yo y tú, objetos de lujo, donde describe un cambio de modo de vida, una mutación en marcha en la vida cotidiana a través del consumo y en la ciencia.
En sus anteriores obras, El planeta americano y El estilo del mundo, había analizado el paso de una aventura colectiva al individualismo extremo, entre el final de la Segunda Guerra Mundial y la caída del Muro de Berlín. Ahora entra en el siglo XXI, donde "el personismo es un paso más allá del hiperindividualismo de los años noventa". "La generación anterior al 68 pertenecía al sistema de capitalismo de producción, donde importaban la virtud del ahorro, el principio de autoridad, la diferencia entre hombre y mujer, los procesos históricos. La generación de los sesenta se identifica con el fenómeno del consumo, el de la revolución ahora, el disfrute inmediato, la vivencia en el presente. La cultura de la droga es una metáfora de todo esto, que tiene como principio fundamental el éxito de la recompensa al instante".
Verdú sitúa el presente en el capitalismo de ficción, donde la producción de objetos "ofrece experiencias, oportunidades de vivir más vidas, con el factor entretenimiento que ofrecen parques temáticos o centros comerciales, con ofertas de realidades diferentes, donde el producto no es objeto sino un sujeto, que disfrutamos sin arriesgarnos, como pasa con la recuperación de edificios antiguos o de cárceles, centros depurados de sus partes trágicas". El libro estudia las relaciones personales sin los compromisos, donde se unen sujetos y objetos (sobjetos) en el universo de Internet y las marcas, que provoca "una enorme revolución de costumbres y valores", y una "cultura con otra forma de conocimiento y de saber".
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