España se enteró en un cóctel de los recortes al castellano en la UE
El plan del Ejecutivo comunitario causa estupor en la Eurocámara
La Embajada de España ante la UE reconoció ayer haberse enterado informalmente el jueves por la noche, durante un cóctel, de los planes de la Comisión Europea para recortar en más de un 25% el número de traductores de español y aseguró que en la última reunión con el director general de Traducción, Karl-Johan Lönnroth, no se mencionó en ningún momento la degradación de recursos a que se enfrenta la lengua de Cervantes. Las intenciones del Ejecutivo comunitario han causado estupor en el Parlamento Europeo y ayer mismo un eurodiputado planteó por procedimiento urgente una pregunta para saber si la Comisión mantiene su compromiso con el precepto constitucional que reclama respeto a la conservación y desarrollo del patrimonio cultural europeo.
"La primera noticia informal sobre el proyecto nos llegó el jueves por la noche con ocasión del cóctel para los funcionarios españoles en la UE", señalaba una nota informativa de la Representación Permanente española. Tras sobreponerse de la sorpresa, la Embajada fijó para mañana una reunión con la directora de la unidad de español de la Comisión "para tratar en profundidad el asunto".
La comunicación diplomática señala también que el máximo responsable de Traducción de la Comisión se reunió en julio con el número dos de la legación española, "no siendo mencionada en ningún momento la iniciativa" del drástico recorte de efectivos en la traducción del español, que pasarán de 92 a 67 traductores. El recorte es superior al 25% y es el mayor en términos absolutos y relativos que va a padecer ninguna lengua europea en el proyecto de racionalización de efectivos de traducción.
La teoría de Lönnroth
El plan está recogido en un documento de estrategia de la Dirección General de Traducción para 2006 del que Lönnroth dará explicaciones mañana a todos sus subordinados. Este director general mantiene en público que en España, un país de 44 millones de habitantes, sólo 30 millones de personas tienen el castellano como primera lengua.
El eurodiputado socialista Carlos Carnero se decía ayer "indignado y en completo desacuerdo" con los propósitos de la dirección de Traducción y defraudado también en la confianza que dio a primeros de año a José Manuel Durão Barroso, cuando el presidente de la Comisión le garantizó que no habría supresión del servicio de interpretación en la sala de prensa. Aquél resultó ser el primer plan del año para degradar el español en el ámbito de la Comisión. Fue abortado tras intensas y numerosas protestas. Madrid prometió entonces una estrategia para defender el español en las instituciones europeas de la que nada se ha vuelto a saber. Todos los esfuerzos de Madrid han estado dirigidos este año a hacer entrar en las instituciones a las lenguas vernáculas.
Los nuevos planes de Traducción asignan al español un número parecido de efectivos que al maltés, hablado por menos de 400.000 personas y suponen, según Carnero, "una clara falta de compromiso" del Ejecutivo comunitario con los principios que está obligado a defender y "un evidente desconocimiento de la realidad de los idiomas oficiales de la UE dentro y fuera de sus fronteras". La Comisión alega que las cifras de traductores son semejantes para todas las lenguas porque a todas hay que verter una carga parecida de documentos. Alemán y francés (con 126 traductores) e inglés (con 122) tienen más efectivos porque son lenguas de procedimiento, a las que se traducen todos los documentos de trabajo.
Carnero pregunta: "¿Dejará de una vez
de perjudicar al español en sus propuestas de reorganización lingüística?".
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