Bush y Cheney elevan sus críticas contra la posición demócrata en Irak
El vicepresidente de EE UU, Dick Cheney, se unió ayer a la contraofensiva del agobiado presidente Bush y dijo que las afirmaciones de los demócratas que dicen que la Casa Blanca mintió al país sobre las armas de destrucción masiva de Sadam Husein "están entre las acusaciones peor intencionadas y más censurables" de la historia de Washington. "Son políticos que se contradicen con sus anteriores afirmaciones por razones de oportunismo y que lo hacen en medio de una guerra", dijo Cheney, e insistió: "Lo más triste es que nuestros uniformados sufren estas cínicas y malvadas falsedades un día sí y otro no".
El vicepresidente con más poder en la historia de la Casa Blanca -y arquitecto de la invasión de Irak- hace piña con Bush, que sufre los peores índices de aprobación desde que llegó al poder: "El presidente y yo no podemos evitar que algunos políticos pierdan la memoria o la compostura; pero no nos vamos a quedar sentados y a dejarles reescribir la historia. Vamos a seguir lanzándoles sus propias palabras".
Desde Corea del Sur, Bush reiteró el argumento de que los demócratas olvidan sus actuaciones previas a la guerra: "El nuestro es un país en el que la gente puede estar en desacuerdo, y yo acepto que haya críticas. Pero es una irresponsabilidad que los demócratas digan que deliberadamente engañé al Congreso y a los ciudadanos. Ellos tuvieron acceso a los mismos datos del espionaje que tuve yo, y votaron -muchos de ellos votaron- para respaldar la decisión que tomé".
Uno de los que se dieron por aludidos fue John Kerry, que perdió hace un año las elecciones frente a Bush. Kerry, uno de cuyos resbalones más perjudiciales fue votar a favor de la guerra y en contra de su financiación, acusó a la Casa Blanca de recurrir al miedo y dijo: "Si se ocuparan tanto de las tropas como de sus descalabradas fortunas políticas, por lo menos podrían aportar una estrategia clara en Irak y trabajar para que vuelvan a casa 20.000 soldados después de las próximas elecciones iraquíes".
"No estoy de acuerdo"
En otra onda, el ex presidente Clinton dijo desde Dubai que EE UU cometió "un gran error" con la invasión: "Sadam ya no está, lo cual es bueno, pero yo no estoy de acuerdo con lo que se hizo". Hillary Clinton, aspirante a la candidatura demócrata en 2008 y que votó a favor de la guerra, no se ha pronunciado aún sobre el asunto.
Más complicado para la Casa Blanca es el flanco de los republicanos independientes, como John McCain, o moderados, como Chuck Hagel, que también han criticado ciertos aspectos de la conducción de la guerra. Hagel dijo el martes que "cuestionar al Gobierno no es antipatriótico" y que el Gobierno "tiene que entender que cada estadounidense tiene el derecho de cuestionar la política en Irak y no debería ser demonizado por expresas sus desacuerdos".
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