La Casa Blanca pactó en secreto con las grandes petroleras la política energética de EE UU
El Senado se plantea cancelar las exenciones fiscales al sector por sus elevados beneficios
Las grandes petroleras se reunieron en secreto con la Casa Blanca en 2001 para diseñar la política energética estadounidense, según publicó ayer el diario estadounidense The Washington Post. Además, el Senado de EE UU estudia anular las exenciones fiscales, valoradas en cerca de 5.000 millones de dólares, de las que se benefician las grandes petroleras y que fueron aprobadas el pasado verano. Esta propuesta surge una semana después de la comparecencia de los gigantes energéticos en el Senado para explicar la alta volatilidad del precio del petróleo.
La estrecha relación de las grandes compañías petroleras con los actuales inquilinos de la Casa Blanca es bien conocida en Washington. Pero los documentos publicados ayer por la prensa estadounidense dieron forma a las peores sospechas.
El grupo creado por el vicepresidente, Dick Cheney, para revisar la política energética de EE UU se reunió en secreto en 2001 con ejecutivos de los grandes titanes del sector para tomar nota de sus recomendaciones. Los polémicos encuentros, revelados ayer por The Washington Post, confirman que ejecutivos de ExxonMobil -la mayor petrolera del mundo-, Conoco, BP y Shell se vieron en la Casa Blanca con el equipo de Cheney.
Sus recomendaciones, explica el diario, sirvieron para diseñar la legislación energética, aprobada el verano pasado, y de otras leyes que siguen debatiéndose en el Congreso. El Post precisa, además, que el propio Cheney, quien antes de formar parte del Gobierno de George Bush lideró la compañía petrolera Halliburton, mantuvo un encuentro privado con el consejero delegado de British Petroleum (BP), John Browne. Pero esa reunión no aparece en los documentos de la Casa Blanca filtrados al rotativo y se basa en la información desvelada por individuos relacionados con el grupo de trabajo.
Las petroleras negaron esta entente con la Casa Blanca durante la audición que tuvo lugar la semana pasada en el comité de Energía del Senado.
La portavoz del vicepresidente Cheney evitó hacer comentarios, mientras el senador demócrata Frank Lauternberg anunciaba que va a solicitar al Departamento de Justicia que investigue el asunto.
Las primeras sospechas sobre la implicación de las petroleras en el diseño de la política energética estadounidense surgieron a raíz de las quejas de grupos medioambientales que acusaron a la Casa Blanca de excluirles de las discusiones. El documento en cuestión fue elaborado por el Servicio Secreto de la Casa Blanca y en él aparecen los nombres de las personas para las que se acepta la entrada al complejo.
Los analistas consideran que esta industria ya no cuenta con el beneplácito del Congreso. "Les está pasando lo mismo que a las tabacaleras", señalan desde Prudential Securities.
Casi 5.000 millones
El Senado de EE UU pretende cancelar una serie de exenciones fiscales que aprobó el pasado verano en favor de las grandes petroleras, valoradas en cerca de 5.000 millones de dólares.
Es la reacción de la cámara legislativa a la espiral en el precio de la energía tras el azote de los tifones en la costa del golfo de México y a los espectaculares beneficios registrados por las grandes gigantes del sector.
Los apoyos fiscales se mantendrán para las pequeñas petroleras. Ayer estaba previsto que la medida fuera refrendada por el pleno de la cámara. "Es absurdo que estemos dando exenciones fiscales cuando los propios ejecutivos de las empresas admiten en público, por televisión, que no las necesitan", afirmó el senador demócrata Ron Wyden.
Los apoyos fiscales, recogidos en la nueva ley energética estadounidense, excluían del pago de impuestos algunos gastos vinculados a las prospecciones de petróleo y gas natural.
El voto supone además un varapalo para la Casa Blanca, que pretende hacer permanentes los recortes fiscales de 2001.
Además, su cancelación se adopta justo una semana después de que los presidentes de ExxonMobil, ChevronTexaco, ConocoPhillips, BP y Shell comparecieran ante la comisión de Energía del Senado para analizar la volatilidad de precios en el mercado de la energía.
Los beneficios de las cinco petroleras superaron los 33.000 millones de dólares durante el tercer trimestre.
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