La Biblioteca Nacional rinde homenaje a los bibliotecarios en la Guerra Civil
La Biblioteca Nacional abrirá sus puertas hoy, hasta el 19 de diciembre, a la exposición Biblioteca en guerra, una muestra que pretende rendir homenaje y "hacer justicia" al trabajo de los bibliotecarios durante la Guerra Civil española. Así lo resaltó ayer la ministra de Cultura, Carmen Calvo, en el acto de presentación de esta exposición, al que acudieron la directora de la biblioteca, Rosa Regàs, y los comisarios de la muestra, Blanca Calvo y Ramón Salaberría.
Biblioteca en guerra, íntegramente producida por la Biblioteca Nacional, alberga piezas provenientes de más de 30 instituciones tanto públicas como privadas. Con motivo de los 70 años del comienzo de la Guerra Civil se pretende poner de relieve el trabajo de los bibliotecarios en el periodo 1936-1939, aunque, como explicó Blanca Calvo, los responsables de esta muestra decidieron remontarse al año 1931 para poder "entender mejor" lo que ocurrió después. La comisaria subrayó también que, para contextualizar adecuadamente la época, la muestra amplía su mirada a otras bibliotecas del territorio peninsular y, en general, a todo el conjunto de actuaciones emprendidas en este campo por la República española.
Olvido
A través de una panorámica a base de fotografías, filmaciones, documentos e incluso libros agujereados por las balas por haber sido utilizados a modo de sacos terreros, en la muestra se pone de relieve el trabajo, en buena parte desconocido, de los bibliotecarios durante la Guerra Civil. Especial relevancia cobra la figura de Tomás Navarro Tomás, director de la biblioteca durante ese periodo y posteriormente exiliado a Estados Unidos. "Llevó a cabo un trabajo muy bien planteado hasta que llegó el momento en que cruzó la frontera junto a Machado y falleció en Estados Unidos con 95 años sin que nadie le hiciese un homenaje", dijo la comisaria. Junto a él aparecen especialmente representadas en la exposición otras figuras relevantes en este campo, "todas ellas con el mismo compromiso": Juan Vicens, Teresa Andrés, María Moliner y Jordi Rubió.
Al finalizar el acto de presentación, Carmen Calvo presidió la colocación de una placa en la Biblioteca Nacional en recuerdo de Tomás Navarro y de las "difíciles circunstancias" en las que trabajaron los bibliotecarios en ese periodo dejando "lo mejor de sí mismos por los libros y la cultura".
