Los huelguistas de Caballito votan poner fin al paro más largo de la historia vasca
Tras 745 días de conflicto, tres sindicatos apoyan la propuesta de 77 bajas incentivadas
Un total de 82 de los 117 empleados de la multinacional alemana de herramientas de corte Pferd Ruggeberg -más conocida como Caballito- que seguían manteniendo la huelga iniciada en noviembre de 2003 votaron ayer poner fin al conflicto laboral más largo de la historia de Euskadi, que ha durado 745 días. La asamblea, reunida en una iglesia de Vitoria, decidió aceptar, con el respaldo de ELA, USO y ESK y la oposición de LAB y la central UTL, la última oferta de la empresa, que incluye 77 bajas incentivadas a cambio de readmitir a los ocho despedidos. Otros 28 empleados votaron en contra y cuatro más se abstuvieron.
"Es el acuerdo al que hemos podido llegar después de dos años", dijo el presidente del comité de empresa, Joseba Leza, de ELA. La dirección de la compañía explicó en un comunicado que el pacto "supone la mejor solución para todos, porque su aplicación asegura el futuro de la empresa". La plantilla se reducirá de 239 a 162 empleados tras la aplicación del plan.
La huelga se radicalizó mucho en su primer año. Diversas sentencias condenaron las amenazas y agresiones de los huelguistas a quienes mantenían la producción. En una imagen inusual, los empleados que no secundaban el paro denunciaron públicamente los ataques.
Un juez de Vitoria también condenó a la empresa por vulnerar el derecho de huelga al sustituir a quienes mantenían el paro por otros trabajadores.
El conflicto comenzó el 1 de noviembre de 2003 ante la propuesta de la empresa de congelar los salarios durante cuatro años como única vía para mantener toda la plantilla, después de haber invertido unos 30 millones de euros en montar una planta más moderna capaz de duplicar la producción con menos mano de obra.
El acuerdo que pone fin a la huelga se hará oficial el próximo jueves. A partir de ese momento, Caballito se hará cargo de los salarios de todo el personal y dispondrá de 38 días para poner en marcha el proceso. El primer plazo será de ocho días para que los empleados se acojan a las bajas voluntarias.
El acuerdo les incentiva con 45 días por año trabajado con un máximo de 42 mensualidades más una indemnización lineal de 8.000 euros y otros 5.000 más por sumarse al plan en una semana. De no llegarse a las 77 bajas se abrirá a un Expediente de Regulación de Empleo para alcanzar esa cifra. Tres árbitros elegidos por la empresa, los trabajadores y el Consejo de Relaciones Laborales (CRL) designarán el perfil de los puestos a extinguir. Su decisión será vinculante.
Las condiciones de quienes abandonen la empresa por la vía del expediente serán similares, pero perderán 3.000 euros lineales y la paga de los 25 años, aunque tuvieran derecho a ella.
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