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El Senado de EE UU recorta los derechos de los presos de Guantánamo

Los senadores piden que la CIA explique si tiene cárceles secretas en Asia y el este de Europa

El Senado aprobó el jueves por la noche una medida que recorta drásticamente el derecho de los detenidos en Guantánamo a acudir a los tribunales, en contra de lo que el Supremo falló en julio de 2004. La medida acepta que las decisiones de las comisiones militares especiales -sobre las que el Supremo tiene pendiente una decisión- puedan ser recurridas ante el tribunal de Apelaciones del Distrito de Columbia. Al tiempo, los senadores pidieron al zar del espionaje, John Negroponte, que aclare si la CIA tiene prisiones clandestinas en Asia y Europa del Este.

Para que lo aprobado se convierta en ley debe pasar por la Cámara de Representantes. Antes de que eso ocurra, habrá un intento de modificar la medida, incorporada a la ley del presupuesto de Defensa en el último minuto de una víspera de festivo y prácticamente sin debate y aprobada por 49 votos contra 42. Cuatro demócratas votaron con la mayoría de los republicanos, y otros cuatro republicanos hicieron lo contrario y apoyaron a la oposición demócrata.

La decisión se produce en medio de un intenso debate sobre el trato a los detenidos sospechosos de actividades terroristas, y días después de que el propio Senado aprobara -dentro de la misma ley del presupuesto de Defensa y por 90 votos contra nueve- una enmienda del senador John McCain prohibiendo la tortura en las cárceles de EE UU. El presidente Bush -que aún no ha vetado ninguna ley desde que está en la Casa Blanca- ha prometido vetar el presupuesto de Defensa si se mantiene la enmienda de McCain, con lo que también vetaría la provisión sobre Guantánamo, en donde hay unos 500 detenidos de más de 40 países, de los que 260 han presentado denuncias sobre su situación ante los tribunales de EE UU.

El senador Lindsey Graham, autor de la propuesta, dijo que está en contra de la tortura, pero que la medida es necesaria "para protegernos" y para luchar contra el terrorismo: "No se les puede dar a los combatientes enemigos, a los que hacen saltar por los aires a gente que celebra bodas

[mención al reciente atentado en Jordania] o que estrella aviones contra rascacielos la posibilidad de querellarse contra nuestras propias tropas por cualquier cosa". Otro defensor de la medida, el también republicano Jon Kyl, insistió en que si no se impedía el acceso de los detenidos al sistema de justicia, "cientos de horrendas peticiones atascarán los tribunales estadounidenses".

Torturas

Arlen Specter, el republicano que preside el Comité Jurídico, dijo que le parecía una respuesta equivocada al problema legal y político de la situación de los extranjeros detenidos acusados de terrorismo: "No puedo apoyar una ley que elimine el habeas corpus". El Centro por los Derechos Constitucionales fue más allá: "La enmienda de Graham creará 1.000 puntos oscuros a lo largo del globo en los que EE UU podrá retener a personas indefinidamente fuera del alcance de la ley estadounidense y del sistema consagrado en nuestra Constitución". "Si se adopta la medida, será prácticamente imposible aplicar la enmienda de McCain contra la tortura en las cárceles", denunció la Unión de Libertades Civiles.

En la misma sesión, el Senado aprobó pedir que comparezca ante los comités de Inteligencia de las dos cámaras el máximo responsable de información y espionaje, John Negroponte, para "dar cuenta detallada de la naturaleza, coste y funcionamiento de cualquier cárcel clandestina o instalación para detenidos operada por el Gobierno de EE UU, independientemente de su localización, en la que estén o hayan estado detenidos de la guerra global contra el terrorismo".

La enmienda, incorporada al presupuesto de Defensa -y que debe ahora coordinarse con el texto de la Cámara de Representantes- fue aprobada por 82 votos contra nueve. La semana pasada, The Washington Post informó de que la CIA coordina prisiones secretas en las que ha habido o hay supuestos militantes de Al Qaeda. Las cárceles, según la información, estaban en Afganistán, Tailandia y varios países del este de Europa.

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