Los obispos catalanes se desmarcan de las críticas eclesiales al Estatuto
Los prelados piden que se "corrija" el tono "ofensivo" de la Cope
Apenas se ha escuchado en las iglesias catalanas esa "gran oración" que la semana pasada pedía el cardenal de Madrid, Antonio María Rouco, con vistas a la tramitación del proyecto de Estatuto en las Cortes. Los obispos catalanes se han desmarcado de las críticas de la Conferencia Episcopal Española al nuevo texto y juzgan que, pese a no compartir el contenido de alguno de sus artículos, el proyecto es globalmente positivo.
La acogida de los obispos catalanes al nuevo Estatuto ha sido más bien tibia. Con ello, el episcopado catalán ha dado continuidad al papel que mantuvieron sus prelados durante la larga gestación -18 meses- del proyecto estatutario. El arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, se limitó el pasado 24 de septiembre, con motivo de la celebración de la Mercè, Patrona de Barcelona, a dar la bendición a los negociadores de los cinco partidos catalanes.
La Conferencia Episcopal Tarraconense, que agrupa a las 10 diócesis catalanas, despachó con un breve comunicado de prensa su posicionamiento ante el texto. En medio folio escaso, los obispos mostraron su "apoyo" a todo lo que ayude al "enderezamiento del país", a su economía y al apoyo a la "lengua y cultura propias de Cataluña". Todo ello sin dejar de recordar su "preocupación" por el matrimonio, la familia y la "libertad de los padres a poder escoger una escuela para sus hijos acorde con sus propias convicciones".
El obispo de Sant Feliu de Llobregat, Agustí Cortés, titular de la tercera diócesis de Cataluña en número de fieles, defiende en conversación con este diario el comunicado de sus colegas mitrados y añade: "El redactado del Estatuto no garantiza suficientemente la libertad de los padres a escoger la mejor enseñanza para sus hijos". También lamenta el "modelo social", que a su juicio impone el texto catalán, sobre todo en su capítulo de deberes y derechos, que recoge, entre otros, el derecho de las mujeres "al propio cuerpo", lo que desde los sectores conservadores se interpreta como una legalización encubierta del aborto libre.
Pero el obispo de Sant Feliu, de origen valenciano, mantiene que el Estatuto es "positivo" en su conjunto, sobre todo por el grado de consenso con el que fue aprobado y por el reconocimiento que a su parecer hace del "sentimiento cultural y lingüístico de los catalanes".
Estas declaraciones poco tienen que ver con las de otros prelados del resto de España, como el arzobispo primado de Toledo y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio Cañizares, que mantiene que el proyecto es un ataque frontal a la unidad de España, que considera que debe preservarse como "un bien moral". Cañizares asegura que el texto vulnera el "derecho a la vida" por defender el "derecho de las personas a vivir con dignidad el proceso de su muerte". El primado de España sostiene que el texto lesiona "la institución del matrimonio", por la promoción que hace de las distintas uniones estables de pareja.
Ante la ausencia de respuesta de los obispos catalanes a tales afirmaciones, muy especialmente en el terreno identitario, el abad de Montserrat, Josep Maria Soler, recordó el pasado miércoles durante la misa conventual que "el magisterio auténtico y cualificado de la Iglesia dice que es perfectamente legítimo dar el nombre de nación a un pueblo aunque no tenga Estado".
Soler coincidió con los prelados catalanes en sus críticas a la Cope. Los obispos lamentan los "comentarios ofensivos" lanzados sistemáticamente desde la emisora de la Conferencia Episcopal, a la que han pedido, mediante un comunicado, "corregir" su tono.
Soler también se sumó a las denuncias de las asociaciones de católicos de base por la agresividad y el tono empleados por diferentes periodistas y colaboradores de la Cope, a la que acusó de crear "un estado de opinión contrario a los principios cristianos".
Los obispos catalanes han mantenido una actitud dubitativa ante la emisora de radio. Los prelados criticaron formalmente a la cadena en su última reunión de la Tarraconense, celebrada el 7 de octubre, y pidieron "corregir" sus "comentarios ofensivos", pero no es menos cierto que el arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, mantiene su puesto en el Consejo Ejecutivo de esta cadena, el mismo consejo que el pasado mayo ratificó por unanimidad la continuidad de Federico Jiménez Losantos al frente de La Mañana de la Cope.
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