El presidente de Irán marcha al frente de miles de personas al grito de "Muerte a Israel"
El mundo árabe, salvo Egipto y los palestinos, mantiene silencio ante las amenazas de Ahmadineyad
El presidente iraní, el ultraconservador Mahmud Ahmadineyad, encabezó ayer una manifestación en Teherán a la que asistieron decena de miles de personas para celebrar el Día de Jerusalén, festividad instaurada por el ayatolá Jomeini para respaldar la causa palestina. Los manifestantes desfilaron al grito de "Muerte a Israel". El miércoles, Ahmadineyad expresó públicamente ante un grupo de estudiantes su deseo de que Israel "sea borrado del mapa". El Día de Jerusalén se conmemora cada año el último viernes del Ramadán por la comunidad musulmana chií, sobre todo entre los seguidores de esa corriente mayoritaria en Líbano e Irán, y esta vez se ha centrado en las palabras del presidente iraní.
Ahmadineyad se colocó en un lugar preeminente de la manifestación, a pesar de la difícil posición en que ha colocado a su país, cuyos embajadores tratan ahora de recomponer los platos rotos, con su decisión de recuperar la célebre frase de Jomeini, fundador de la república islámica iraní, sobre la necesidad de "borrar a Israel del mapa".
Sus palabras, pronunciadas el pasado miércoles ante un grupo de estudiantes, cosecharon un unánime rechazo internacional y propiciaron que el Estado judío emprendiera los trámites para pedir la expulsión de Irán de la ONU. El Consejo de Seguridad las condenó anoche y recordó que "todos los miembros [de la ONU] deben abstenerse de amenazar o usar la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado".
Ahmadineyad mantuvo ayer su reto y, aludiendo a las críticas internacionales, aseguró: "[Estados Unidos y Europa] son libres para hablar, pero sus palabras carecen de valor para mí", según cita la agencia oficial Irna. "Son personas que tienen mucha cara y desean que todo el mundo les obedezca". "Ahmadineyad habla en nombre de todos los iraníes; estamos dispuestos a morir por Palestina", aseguraba a Reuters en el curso de la manifestación Mohamed Mirzayi, miembro de una milicia chií.
El presidente marchó por las calles de la capital acompañado por decenas de miles de seguidores, en una protesta que, según diplomáticos y expertos en la zona, es una muestra del respaldo que tienen en el país las ideas del presidente, informa Efe. Los manifestantes, convocados por las principales instituciones y organizaciones del país salieron desde siete puntos diferentes de la capital en dirección al campus de la Universidad, donde tuvo lugar la oración comunitaria y el sermón preceptivo de los viernes, principal tribuna política del país.
Los miles de manifestantes -hombres, mujeres y niños- desfilaron al grito de "abajo Estados Unidos, fuera Israel y el Reino Unido" portando pancartas en las que se condenaban "los crímenes del despotismo mundial y del sionismo". Luego quemaron la bandera israelí delante de la Universidad de Teherán antes de la oración de los viernes, así como la efigie del primer ministro israelí, Ariel Sharon, y las banderas de EE UU y Reino Unido. Los candidatos al martirio (terroristas suicidas) desfilaron en la manifestación vestidos de muerto, con cartuchos de dinamita falsos alrededor de su cintura, pancartas de "Jerusalén nos pertenece" y cubiertos de pintura roja imitando sangre.
Marchas similares se escenificaron en otros puntos de la región de Oriente Próximo en los que existen importantes comunidades chiíes, como en el sur del Líbano.
La reacción internacional contra las palabras del presidente Ahmadineyad contrasta con el silencio mantenido por casi todas las capitales árabes. Los mandatarios del mundo tuvieron palabras duras contra el dirigente iraní. El presidente de EE UU, George W. Bush, definió ayer a Irán y Siria como regímenes "fuera de la ley". El secretario general de la ONU, Kofi Annan, dio por su parte el paso inusual de rechazar las palabras del dirigente iraní, a quien recordó que Irán es uno de los países signatarios de la Carta de Naciones Unidas y no puede amenazar a otro Estado.
El primer ministro británico, Tony Blair, aseguró que es insólito que el presidente de un país diga que hay que barrer del mapa a otro país. "Sus comentarios son completamente inaceptables", dijo. Funcionarios británicos sostienen que Ahmadineyad siempre ha tenido estas ideas contra Israel y que el peligro es que ahora trata de imponer sus puntos de vista desde el poder.
El mundo árabe ha evitado hacer comentarios, con la excepción de los palestinos y Egipto. El negociador palestino, Saeb Erekat, dijo: "Nosotros hemos reconocido al Estado de Israel y no aceptamos las declaraciones del presidente de Irán. Es inaceptable". Egipto, que tiene firmado un tratado de paz con Israel, también ha rechazado la línea trazada por Ahmadineyad.
El mundo occidental se muestra cada vez más preocupado ante la actitud belicosa de Irán, precisamente cuando está tratando de impulsar un programa nuclear. La Unión Europea mantiene con Teherán negociaciones, hasta ahora infructuosas, para asegurarse de que el programa no tiene carácter militar.
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