"España no es un país racista, en todo caso es clasista"
De los más de 4.000 estudiantes marroquíes que hay en España, cerca de 3.000 cursan estudios universitarios en Granada, según datos de la Asociación de Estudiantes Marroquíes de Granada (Aemg). Fundada el pasado año, la asociación representa a un colectivo que se encontraba "desamparado" y que necesita un asesoramiento especial, según afirma su secretaria, la estudiante de Farmacia Houda Lemkhir (Rabat, 1982), que cumple su quinto año en Granada en este curso.
La asociación presta diferentes servicios que van desde la atención jurídica al asesoramiento en múltiples disciplinas. "Hay que tener en cuenta que muchos vienen sin conocer el idioma y conseguir regularizar sus situaciones es todo un mundo para ellos", explica Houda. Entre las quejas más frecuentes que la organización recibe está la ausencia de una representación diplomática de Marruecos en Granada. "La comunidad marroquí es muy grande en la ciudad, por eso es inexplicable que no exista un consulado", añade.
Las carreras más solicitadas por los marroquíes son las relacionadas con "profesiones liberales". En la lista aparecen Farmacia, Medicina, Óptica y Empresariales. La asociación cuenta en la actualidad con 250 miembros y su junta directiva la componen cinco mujeres que reciben una pequeña subvención del vicerrectorado. "En realidad nos cuesta el dinero, hemos tenido que pagar algunas facturas de nuestro bolsillo", asegura su presidenta.
Entre las actividades programadas para este año destaca la conmemoración del Día de los Derechos Humanos, en colaboración con el Colectivo Independiente de Mujeres, y una serie de charlas culturales que tratan de poner de manifiesto los puntos comunes entre la sociedad española y la marroquí.
"España no es un país racista, en todo caso clasista. Nunca me he sentido marginada. A pesar de ser también inmigrantes, no constituimos una amenaza para los españoles. Los casos de discriminación suelen producirse con quienes vienen a trabajar o sin papeles, las personas que tratan de huir de la miseria. En todas partes hay radicales, pero son una clara minoría", asegura Houda.
Según esta futura farmacéutica, no son pocos los estudiantes que, tras acabar la carrera, desean permanecer en España por las posibilidades laborales que se les abren. La mayoría de los que regresan a Marruecos tienen como principales núcleos de inserción laboral las empresas francesas que hay instaladas en el reino. "Cuando Francia se fue del norte de África dejó cierto colonialismo cultural que se ha consolidado con la construcción de distintos puentes. Los estudiantes que deciden marcharse a Francia suelen ser contratados por empresas francesas que se han instalado en Marruecos. Con el caso de España no sucede del mismo modo y creo que es una lástima. España está colaborando en la formación de una serie de profesionales que después son aprovechados por las empresas francesas o las marroquíes. Sería bueno para todas las partes que supieran aprovechar ese potencial", concluye.
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