Una exposición y un libro recorren la obra fotográfica de Xavier Ribas
En la cuneta de una carretera, entre una vegetación de matojos asolados por la sequía, un envase de plástico guarda unas flores tan marchitas que han perdido cualquier nota de color. Ninguna información complementaria, ni una nota ni una placa, pero es fácil imaginar la historia trágica, con toda probabilidad un accidente de tráfico, que se esconde tras el paisaje, congelado en el tiempo por la cámara del fotógrafo Xavier Ribas (Arenys de Mar, 1960). La imagen, perteneciente a la serie Flores, testimonia su empeño por representar lugares que contienen huellas, a menudo sutiles, de ocupación. Una exposición en la Fundación Foto Colectania de Barcelona y un libro de la editorial Gustavo Gili recorren esta mirada sobre la memoria del espacio.
"La civilización no está hecha sólo de lo que se ve sino de lo que ya no está, trazos de una época que ya ha desaparecido", sostiene Ribas, que estudió antropología en Barcelona y fotografía en Newport y actualmente imparte clases de fotografía en la universidad de Brighton. La exposición, que permanecerá abierta hasta el 19 de noviembre en la sede de la fundación en Barcelona (calle de Julián Romea, 6, D-2) reúne 36 fotografías pertenecientes a los fondos de Foto Colectania y que ofrecen una selección de sus series más representativas, Flores (1998-2000) y Umbrales (2001-2002), producidas conjuntamente por la fundación y la galería Fòrum de Tarragona. Frente al turbador recuerdo de las muertes en carretera que presenta la primera, Umbrales agrupa una sucesión de imágenes captadas en su mayoría en la City de Londres: son el acceso, siempre cerrado, a entidades financieras del corazón económico de la ciudad, e insinúan el carácter sombrío del espacio al que dan entrada.
Imágenes inéditas
Ambas series se inscriben cómodamente en el tipo de obra que desarrolla Ribas desde que, como él mismo señala, tiene consciencia de ser un fotógrafo. Pero en la sala se presentan además ocho fotografías, las únicas en blanco y negro e inéditas hasta la fecha, correspondientes a un estadio previo, sus primeros pasos, intuitivos, en el mundo de la imagen. Tres de ellas pertenecen a un viaje de juventud por Latinoamérica; en las otras cinco persiguió captar las huellas del mestizaje y la multiculturalidad en la ciudad. "Muchos fotógrafos tienen cierto pudor a enseñar sus primeros trabajos. Creo que es algo muy interesante para ver su evolución", reflexiona Pepe Font de Mora, director de Foto Colectania.
En cuanto al libro editado por Gustavo Gili y publicado con el título de Santuario, se trata de una excepción en la línea de la editorial, que publica esencialmente títulos de teoría y apenas se adentra en los de ilustración. En este caso se ha querido realizar una apuesta por el autor. De este modo se quiere contribuir a la difusión del trabajo de un fotógrafo sólo relativamente conocido, aunque ha realizado diversas exposiciones y ha sido galardonado con los premios PhotoPress, PhotoEspaña y Primavera Fotográfica.
Babelia
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