Sadam responde hoy ante la justicia
El dictador iraquí puede ser condenado a pena de muerte si es declarado culpable
En las primeras imágenes se ve a un relajado Sadam Husein saludando a la gente sin excesivas medidas de seguridad. Unos planos después, su gesto se ha vuelto adusto e interroga a dos jóvenes agarrados por sus guardaespaldas. Entremedias ha habido un tiroteo que no recogen las cámaras. Varios activistas chiíes de Al Dawa han intentado asesinarle. Es julio de 1982. En los meses siguientes, el pueblo de Al Dujail, a 60 kilómetros al norte de Bagdad, va a pagar con 143 muertos. Sadam se sienta hoy en el banquillo por ese crimen.
Le juzga la sala primera del Tribunal Especial, establecido por las autoridades de ocupación en diciembre de 2003 (su validación por la Asamblea Nacional transitoria aún no ha sido publicada en el diario oficial iraquí). Al frente de la sala estarán cinco jueces cuyos nombres se mantienen en secreto por razones de seguridad. Aunque las pruebas han sido preparadas por el equipo de 20 jueces instructores que dirige el magistrado Raad Juhi, las acusaciones serán presentadas por el fiscal jefe. El abogado defensor de Sadam, el iraquí Jalil al Dulaimi, carece de experiencia en la defensa en casos criminales, y mucho menos en casos de crímenes contra la humanidad. Ayer anunció que pedirá aplazar el juicio "al menos tres meses", informa France Presse.
Human Rights Watch (HRW), que ya en su día cuestionó el Tribunal Especial, ha mostrado su inquietud por las condiciones en que va a celebrarse el juicio. "Falta la exigencia de demostrar la culpabilidad más allá de la duda razonable y suficiente protección para los acusados", alerta esta organización de defensa de los derechos humanos.
Venganza
Muchos iraquíes ya han condenado de antemano al ex dictador, y no necesariamente por el caso que se juzga. "¿A quién le preocupa? En casa, cuando hablan del juicio cambiamos de canal", asegura una joven chií de Al Amarah. "La forma en que le detuvieron nos hizo perderle el respeto, pero después de dos años ya han tenido tiempo para juzgarle y ejecutarle. ¿Qué tienen que probar todavía?", se pregunta más deseosa de venganza que de justicia.
Ése es el temor de muchos suníes, que ven motivos políticos en la fecha elegida para el juicio, sólo cuatro días después del referéndum constitucional.
"Hace 10 días estuve con Jalil y me dijo que no deseaba presentarse ante el tribunal porque se trataba de una mascarada, pero que tenía que hacerlo porque era el deseo de la
familia", relató recientemente a este diario Ziad al Khasawneh, vicepresidente del Sindicato de Abogados Árabes y hasta el pasado verano coordinador del equipo internacional de defensa del ex dictador, en su despacho de Ammán. "Me contó que le habían entregado 10.000 documentos, pero que no había tenido tiempo de leerlos y le ofrecí nuestra ayuda", añadió este admirador confeso del ex dictador. "Le acusan de crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y genocidio, ¿y eligen un pequeño incidente local? No quieren testigos internacionales y ya han tomado la decisión de colgarle", se quejaba haciéndose eco de un malestar extendido en ciertos círculos árabes.
Los funcionarios del Tribunal Especial explican que la matanza de Al Dujail era la causa más fácil y rápida de preparar. Si los jueces le declaran culpable, puede ser condenado a muerte, pero entonces no podrá afrontar el resto de juicios.
Otros casos que están siendo investigados incluyen mayor número de víctimas, muchos más testigos y una enorme documentación. Entre ellos, destacan el gaseo de los 5.000 habitantes de la localidad kurda de Halabya, en marzo de 1988; la guerra contra Irán entre 1980 y 1988, en la que se estima que murieron un millón de personas en ambos lados; la invasión de Kuwait en 1990, y la violenta supresión de la revuelta chií que se produjo al año siguiente.
Un comunicado difundido ayer en Internet por antiguos baazistas pide a "la resistencia" que lance ataques con motivo de la comparecencia de Sadam. Las medidas de seguridad han sido extremadas en Bagdad, en especial en los accesos al antiguo museo de los regalos, dentro de la Zona Verde, donde se celebrará la vista y donde se encuentra la sede del Gobierno.
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