Janer y Bayly dicen que las críticas del jurado del Planeta benefician al premio

De "anécdota" y de "noche divertida y pintoresca" calificaron ayer Maria de la Pau Janer y Jaime Bayly la accidentada entrega, la noche del sábado, del 54º Premio Planeta en la que quedaron ganadora y finalista, respectivamente. La mañana siguiente a la ceremonia y a una tensa rueda de prensa al filo de la medianoche, Janer y Bayly relativizaron, con más o menos sentido del humor, las críticas de algunos miembros del jurado a la "baja calidad" de las novelas finalistas, sobre todo del escritor Juan Marsé, quien explicó que se está planteando si continúa en el puesto. Janer afirmó que las discrepancias dentro del jurado "le dan vida al premio". Y Bayly, más sarcástico, añadió: "Esta mañana quiero mucho más a Juan Marsé".

Por un momento pareció que Jaime Bayly (Lima, Perú, 1965), finalista del Premio Planeta por la novela Y de repente un ángel, quería quitar hierro ayer, con un poco de ironía, a la tensión generada por las palabras de Marsé y de la también miembro del jurado Rosa Regàs acerca del escaso nivel literario de las obras que llegaron a la recta final del galardón cuando dijo: "La de ayer fue una noche muy divertida y pintoresca. Nunca había asistido a una entrega de premios en que te dijeran que te van a premiar aunque no lo merezcas. Todo esto le dio mucho colorido a la noche".

Pero más adelante fue más punzante: "Esta mañana quiero mucho más a Juan Marsé. No me voy a ir de Barcelona sin comprar todos los libros de él que todavía no he leído. Y una vez lo haya hecho espero continuar la conversación que iniciamos anoche. En el fondo, me gusta su actitud de viejo cascarrabias, esta rebeldía crítica que hace bien al premio, al mismo jurado y a la literatura".

También Maria de la Pau Janer (Palma de Mallorca, 1966), ganadora del Planeta por una novela titulada Pasiones romanas, señaló que las discrepancias entre los miembros del jurado "le dan vida" al premio. "Al final tendremos que dar las gracias al personaje en cuestión", dijo Janer, en referencia a Marsé. "Ya dije anoche [por el sábado] que nadie me iba a aguar para nada la fiesta. Yo estoy muy feliz". Preguntados si pensaban que Pasiones romanas e Y de repente un ángel son sus mejores novelas hasta la fecha, Janer y Bayly coincidieron en decir que esperaban que fueran, en todo caso, las menos malas, parafraseando a Marsé, quien señaló el viernes que ante la calidad de las obras finalistas el jurado se veía en la obligación de votar por "la menos mala".

Cambios de rumbo

Si en alguna cosa coinciden las novelas de Janer y Bayly -que se publicarán el próximo 8 de noviembre con unas tiradas de 215.000 y 90.000 ejemplares, respectivamente- es en que los protagonistas de ambas, según avanzaron los autores, experimentan cambios de rumbo en sus vidas. En el caso de Pasiones romanas se trata de un cambio que implica una vuelta atrás de unos personajes a quienes les es permitido, gracias al "azar", gozar de una "segunda oportunidad". "En la novela hay una reivindicación de que en esta vida de vorágines y absurdos los trenes pueden volver a pasar", explicó Maria de la Pau Janer. El libro transcurre entre Mallorca y Roma. La autora lo definió como "una novela de sentimientos, que son una de las constantes de la literatura", después de que otra miembro del jurado, Carmen Posadas, manifestara el viernes su poco agrado por la novela sentimental.

En Y de repente un ángel, la novela de Jaime Bayly, la transformación afecta a dos personajes de extracción social opuesta, un "escritor huraño" y su "mucama analfabeta", que se hacen amigos y confidentes. Bayly explicó que dedica el libro a la mujer que cuida de sus hijas en Lima. "Ella nunca me ha leído porque no puede, pero sí ha oído todas las cosas tremebundas que de mí se dicen en Lima, mucho más tremebundas de las que dice Marsé". Provocador y desgarrado en novelas como No se lo digas a nadie y La noche es virgen, Bayly explicó que en la finalista del Planeta ha utilizado más el humor, un humor "bastante esperpéntico". La realidad "delirante" de su país, donde reside una semana al mes, se hace presente a través de los personajes secundarios, aunque añadió que el libro contiene más "una mirada tierna sobre los personajes que una mirada crítica sobre la sociedad peruana".

El Premio Planeta, cuya entrega presidieron el sábado los duques de Palma en el Palacio de Congresos de Cataluña, está dotado con 601.000 euros para la obra ganadora y 150.250 euros para la finalista. Este año se presentaron 417 novelas.