_
_
_
_
UNA VOZ CRÍTICA Y PROVOCADORA

El fallo destaca el talento para entrar en "los espacios cerrados de la opresión"

Aunque la elección de Harold Pinter fue una sorpresa, ya que desde hace algunos años no había figurado en la lista de los candidatos, fue recibida en general con satisfacción en los círculos literarios de Suecia. Después de las turbulencias que afectaron a la Academia en los días recientes, que se saldaron con la renuncia de uno de sus miembros por la concesión del Nobel del año pasado a la austriaca Elfriede Jelinek, el premio a Harold Pinter obró como un sedante, ya que nadie niega su relevancia dentro del teatro contemporáneo.

En su fundamentación, el jurado señala que "devolvió el teatro a sus elementos básicos, un espacio cerrado donde los individuos están a merced de cada uno". Según la Academia sueca, Pinter "está considerado como el principal representante del teatro dramático inglés de la segunda mitad del siglo XX". Para los académicos suecos, el autor "retornó el teatro a sus elementos originales, el espacio cerrado y el diálogo imprevisible". "Con un mínimo de intriga, del drama salen las luchas de poder y los juegos de escondite a través del intercambio de palabras". La Academia concluye que Harold Pinter, a través de su literatura, "fuerza la entrada en los espacios cerrados de la opresión".

Pero, pese a ese consenso general, hubo críticas al hecho de que durante dos años consecutivos se haya otorgado el Nobel a dos dramaturgos, y a tres incluyendo a Dario Fo, en los últimos 10 años. Esto, a juicio del responsable de la página cultural del diario Svenska Dagbladet, Carl Otto Werkelid, es una prueba de que "el carácter del premio ha cambiado completamente, principalmente porque muestra el abandono [por parte de la Academia] del género poético", que no ha sido premiado durante el mismo lapso de tiempo. No obstante, salvo esta salvedad, este crítico afirma que "Pinter merece el premio porque es un gran dramaturgo de nuestro tiempo".

Leif Zern, del diario Dagens Nyheter, coincide en la valoración de Harold Pinter como "el mayor dramaturgo contemporáneo después de Samuel Beckett".

Otro crítico del mismo diario, Jonas Thente, cuestiona las posiciones políticas del escritor británico y especialmente su dura crítica al presidente estadounidense Bush y al primer ministro Blair por sus "mentiras" para emprender la guerra de Irak, lo que alcanza, a su juicio, para que el premio sea considerado "polémico".

La Nobel de Literatura 2004, Elfriede Jelinek, se mostró ayer "encantada" con la decisión de la Academia sueca, informa Efe. "¡Otro más de izquierdas! Y, además, un dramaturgo fantástico. Voy a empezar a celebrarlo enseguida", declaró al diario Kleine Zeitung tras conocer la noticia.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_