El Vaticano lamenta la paralización del libro sobre la catedral granadina
El nuncio en España califica los conflictos de "enojosos avatares"
El nuncio del Vaticano en España, Manuel Monteiro de Castro, conoce desde hace un año el caso de la paralización del libro de la catedral de Granada ordenada por el arzobispo Javier Martínez Fernández. Los 35 profesores y catedráticos que colaboran en la obra y que se sienten perjudicados y "presionados" por el prelado granadino, remitieron una carta al embajador vaticano tras la paralización.
Monteiro respondió a los autores el 8 de noviembre de 2004 lamentando las graves incomodidades denunciadas. Además, el nuncio muestra en la misiva un claro deseo de éxito para la publicación, que hasta hoy no ha avanzado. Los autores dicen desconocer si el representante del Vaticano en España realizó alguna gestión con el arzobispo de Granada.
El nuncio se refiere en su carta a los problemas con la obra como "enojosos avatares". Los autores, convencidos del significado del libro y su importancia para la Iglesia granadina, invitaron al nuncio del papa a prologarla, aunque éste declinó la invitación al considerar que no es de su "competencia".
Ignacio Valenzuela, representante legal de los autores -expertos en historia, historia del arte y arquitectura, entre otras materias, de siete universidades españolas y una francesa-, aseguró que el Arzobispado no ha dado, a su juicio, ninguna razón convincente para paralizar la publicación. En la única carta que envió el arzobispo a los autores, el 13 de octubre de 2004, Martínez Fernández les asegura que la paralización es una decisión suya y que está motivada por la supuesta falta de información sobre el libro que tiene del coordinador.
El abogado asegura que el arzobispo era conocedor de todo lo relacionado con la publicación, ya que el deán de la Catedral, Sebastián Sánchez, "participó en todas las reuniones", mientras que, en la fecha que el arzobispo dirigió la carta a los autores, ya tenía en su poder todos los datos requeridos, que le fueron enviados por el coordinador de la obra. El libro en cuestión fue encargado en el año 2000, según las actas capitulares en poder del letrado, quien asegura que el trabajo del coordinador terminó en el momento en el que el material original quedó depositado en la imprenta de CajaSur, entidad que se comprometió a publicar el libro. Valenzuela confirmó que CajaSur se negó en noviembre de 2004 a entregar al arzobispo los originales de los autores, como le demandó el prelado, al entender que la propiedad intelectual de los trabajos era de cada uno de ellos.
Los autores desconocen por qué, un año después de la fecha en la que tendría que haberse publicado, el arzobispo no ha autorizado la edición, que sigue parada en la imprenta de CajaSur, en Córdoba.
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