Un embajador achaca la ola de inmigrantes al fracaso en cooperación
El embajador español en misión especial para Asuntos Mediterráneos, Juan Prat, achacó ayer gran parte de la presión migratoria que está viviendo España en el sur al "fracaso" evidente en los últimos años de las políticas de desarrollo en el continente africano. Prat señaló que también ha quedado en evidencia la timidez de las políticas medioambientales a nivel global, por culpa, señaló, sobre todo de EE UU.
"El efecto invernadero existe, y la desertificación en África avanza sin freno. Eso provoca que su población se desplace hacia el norte, con las consecuencias que vemos estos días", aseguró Prat, que participó anoche en el V Encuentro Euro Magrebí, un ciclo de conferencias dirigido por Carmen Romero, presidenta del Círculo Mediterráneo, que busca alimentar los vínculos entre ambas sociedades.
Prat, uno de los principales responsables de la cumbre euromediterránea de Barcelona, de la que ahora se cumplen 10 años, hizo un análisis negativo del camino recorrido en políticas de cooperación, aunque recordó que Europa gasta 10 veces más que EE UU en ayuda a los países del Magreb, unos 1.800 millones de euros en los últimos 10 años. El embajador destacó que el gran problema reside en la incapacidad de muchos países, y citó el ejemplo de Marruecos y Argelia, para ponerse de acuerdo en algo.
Foro de Barcelona
La escritora Sophie Bessis acusó a los Gobiernos europeos de ser herederos de una "cultura de la supremacía" y de participar en la "desertificación de las sociedades civiles del sur" con su política de apoyo a los regímenes totalitarios. Prat recordó el intento real, puesto en práctica desde el Foro de Barcelona en 1995, de negociar con el Magreb "de igual a igual", aunque admitió que en algunas ocasiones se ha apostado más por la estabilidad que por las reformas. "Otros, como EE UU, como les toca muy lejos, prefieren desestabilizar para reformar, como en Irak. Yo no me atrevería a desestabilizar Marruecos para reformarlo. El mensaje es que no puede haber estabilidad sin reforma", concluyó Prat.
En el debate también participó el profesor de la Universidad de Yale (EE UU) Stathis Kalyvas, quien se centró más en la idea de que, pese a lo que se piensa en Europa, los partidos religiosos islamistas pueden llevar la democracia a sus países aunque en sus discursos no la defiendan. Y puso el ejemplo de lo que sucedía en siglo XIX con los partidos cristianos en Europa. "Los valores democráticos no son previos, hay que buscar incentivos, como sucede en Turquía con la entrada en la UE", sentenció.
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