El Gobierno reforzará las vallas de Ceuta y Melilla con una barrera metálica de seguridad
Interior contrata con una empresa especializada la nueva protección de las dos frontera s
El Gobierno reforzará las actuales vallas perimetrales de Ceuta y Melilla con una estructura metálica exterior que impedirá que los inmigrantes puedan acercarse a la verja sin ser vistos y trepar a ella con ayuda de escaleras. Además, se eliminará la concertina con cuchillas que ha producido gravísimas lesiones a algunos subsaharianos. Las obras, que han sido adjudicadas a una empresa especializada en seguridad, se iniciarán en Melilla, donde en la madrugada del pasado lunes una avalancha de 650 inmigrantes derribó parcialmente la actual valla.
Fuentes gubernamentales calificaron ayer de "tercermundistas" las vallas de Ceuta y Melilla. "Sirven para proteger una finca, pero no una frontera", explicaron.
Según las fuentes consultadas, el nuevo obstáculo será una estructura metálica, de dos metros de alto y dos y medio de ancho, formada por una serie de barras clavadas en el suelo y unidas por un red de cables en forma de laberinto. El objetivo es que "no sea posible cruzarlas sin que se disparen todas las alertas".
Además, está previsto incrementar el número de cámaras de vídeo e instalar sensores para detectar la presencia de intrusos.
Uno de los problemas más graves con que se han enfrentado los guardias y militares que vigilan la frontera es que las avalanchas de inmigrantes les han pillado por sorpresa, cuando ya habían trepado con escaleras artesanales a la primera valla.
El ministro del Interior, José Antonio Alonso, que mañana comparecerá ante la Comisión de Interior del Congreso para informar de los saltos masivos a las fronteras de Ceuta y Melilla, dijo ayer que hay que mejorar "sustancialmente" la valla "en cuento al diseño y otras especificaciones".
La construcción de esta nueva barrera fue abordada el pasado viernes por el Consejo de Ministros, según las citadas fuentes. La obra ha sido calificada de urgente y adjudicada a una empresa especializada en infraestructuras de seguridad que tiene previsto concluirla a final de año.
Una vez concluida, se desmantelará la concertina con cuchillas que corona la valla actual y que ha producido gravísimas lesiones a algunos de los inmigrantes que intentaron cruzarla ilegalmente.
La intención es iniciar la obra en Melilla, donde se considera más urgente, y ampliarla después a Ceuta. El delegado del Gobierno en Melilla, José Fernández Chacón, indicó que este nuevo "obstáculo" se situará más allá de la actual verja exterior, donde actualmente existe una vieja alambrada militar de espino de un metro de altura que será retirada.
Preguntado sobre si se emplazaría en suelo español o marroquí, a través de algún acuerdo con el país vecino, Fernández Chacón se limitó a contestar que estará "dentro del sistema integral del perímetro fronterizo".
Hay dudas acerca de dónde empieza exactamente el territorio español pues, en teoría, una vez dentro, los inmigrantes ilegales no pueden ser expulsados sin instruir un expediente. Pero organizaciones humanitarias e incluso agentes de la Guardia Civil admiten que es habitual devolver a los inmigrantes a Marruecos a través de las puertas que hay en el vallado, cuando son detenidos en el pasillo entre ambas verjas o incluso han llegado a la ciudad.
Según representantes de las ONG que se reunieron con el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, la pasada semana, éste admitió que el territorio español llega hasta la alambrada militar, a pesar de que por esa zona sólo transitan las fuerzas de seguridad marroquíes.
Mientras se construye la nueva barrera, se están reforzando los tramos de la valla interior, la más próxima a la ciudad, que ya han sido elevados a seis metros, para evitar que, como pasó en la madrugada del lunes, se descuelgue la malla por el peso de los inmigrantes.
La medida, que consiste en reforzar con pletinas los enganches de la malla metálica, se aplicará también en los tramos de la valla exterior que serán recrecidos en breve para doblar su altura.
El delegado del Gobierno también recordó que los efectivos de la Guardia Civil en la ciudad se han incrementado en lo que va de año en 200, a los que ayer se sumaron otros 40 de los Módulos de Intervención Rápida. Según dijo, en los momentos de máxima vigilancia, normalmente por la noche, hay más de 400 efectivos, entre guardias y soldados, repartidos por los 10,2 kilómetros del perímetro fronterizo. Menos que los 650 inmigrantes que intentaron el último asalto en un tramo de sólo 100 metros.
Mientras que el Gobierno intenta impermeabilizar la frontera, los cerca de 350 subsaharianos que lograron entrar en Melilla el lunes pasaron su primera noche en España al raso abrigados con mantas, ante el desbordamiento del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). Anoche un avión trasladó a la Península a 25 de los aproximadamente 1.500 inmigrantes alojados allí.
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