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Uno de los grandes hitos de la medicina

No hay duda de que detrás de un científico galardonado con el Premio Nobel de Medicina y Fisiología hay un gran descubrimiento o una vida dedicada a la investigación médica culminada con hallazgos de especial relevancia médica. No hay duda de que toda persona que ha recibido este premio acumula méritos excepcionales que, de forma más que suficiente, justifican esta honra. Pero si ha habido un descubrimiento capaz de haber creado un cisma de opinión entre los científicos, que ha cambiado drásticamente el pensamiento y el abordaje de una enfermedad y que, finalmente, ha sido considerado por casi todos los expertos como uno de los grandes hitos de final del pasado milenio, este ha sido el descubrimiento del Helicobacter pylori.

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A Warren y Marshall, desde ayer premios Nobel de Medicina, les debemos la gran contribución no sólo de cambiar el diagnóstico, pronóstico y tratamiento de la gastritis crónica, la úlcera gástrica y duodenal, el linfoma gástrico e, incluso, el cáncer de estómago, sino la de modificar nuestro pensamiento y abrir nuestra mentalidad en lo referente al origen de la enfermedad, en el más amplio sentido de esta palabra. Cambiar el concepto de "sin ácido no hay úlcera", tan profundamente arraigado entre los médicos de todo el mundo, por el de "sin Helicobacter no hay úlcera" fue una difícil tarea que tuvo que derrotar al escepticismo e inmovilismo de la clase científica y médica, tan ávida de avances como celosa ante los grandes descubrimientos.

El hallazgo del Helicobacter pylori en 1982 por Warren y Marshall desencadenó un aluvión de líneas de investigación y publicaciones científicas que han revolucionado este campo de la Medicina. La aplicación de estos avances a nuestra práctica clínica, al tratamiento de nuestros pacientes, ha supuesto la práctica desaparición de la úlcera gástrica y duodenal y nos ha permitido conocer que determinados tipos de cáncer, como es el linfoma gástrico, pueden ser curados con el simple tratamiento antibiótico de esta infección. Por último, engrandeciendo la importancia del hallazgo, el Helicobacter pylori ha sido reconocido como carcinógeno de primer grado, como causa principal del cáncer de estómago.

Es mucho lo que se ha descubierto sobre esta infección desde su descripción hace algo más de dos décadas. Son, sin duda, de enorme relevancia las consecuencias de este descubrimiento ahora premiado. Pero también aquí el futuro está aún por llegar, y el desarrollo de nuevas posibilidades terapéuticas de esta infección, como es el desarrollo de vacunas actualmente en investigación, hará factible el tratamiento de la población general y, por ende, la práctica desaparición de enfermedades como la úlcera gástrica o, más importante aún, el cáncer de estómago.

Queridos Warren y Marshall, enhorabuena por este merecido reconocimiento.

J. Enrique Domínguez-Muñoz es especialista en aparato digestivo. Sociedad Española de Patología Digestiva.

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